La gira de los Teleñecos (2014)

“La Gira de los Teleñecos” no es simplemente una secuela, sino un ejercicio de nostalgia cuidadosamente calibrado, diseñado para recuperar la esencia del original que, a pesar de su peculiaridad, conquistó a una generación. La película, dirigida por David Dobkin, vuelve a apostar por el caos incontrolable y la comedia absurda que caracterizó la primera entrega, pero esta vez con una estructura narrativa un poco más definida, aunque sin renunciar a su espíritu desenfadado.

La trama, aunque podría ser considerada un tanto rebuscada, sirve como el catalizador para las incontables situaciones cómicas. El viaje de los Teleñecos, liderados por los desastresos Don Calvo y su equipo, a través de Estados Unidos, se convierte en un desastre en movimiento. La dirección de Dobkin, por su parte, se muestra experta en conseguir el humor físico y visual, aprovechando al máximo el potencial de los personajes y las locaciones. Hay momentos genuinamente divertidos, especialmente aquellos donde se explota el contraste entre la torpeza de los Teleñecos y la seriedad del mundo que les rodea. Sin embargo, la película podría haber estado más enfocada en desarrollar las dinámicas entre los personajes, en lugar de simplemente lanzar situaciones cómicas una tras otra.

Las actuaciones, como era de esperar, son sobresalientes. Paul Rudd y Steve Carell mantienen la esencia de Don Calvo y Calamidad, con un encanto particular y una química palpable. Pero la verdadera joya de la película es la incorporación de Ricky Gervais como Dominic ‘Número Dos’. Gervais aporta una profundidad y un matiz al personaje, transformando el arquetípico cobarde en alguien con un sentido del humor agudo y una vulnerabilidad inesperada. La relación entre Gervais y el resto del equipo, y especialmente con Don Calvo, es el corazón de la película y es donde reside gran parte de su humor más efectivo.

El guion, aunque a veces se apoya demasiado en la sorpresa, logra mantener el interés gracias a su ritmo ágil y a su capacidad para generar situaciones absurdas y memorables. Sin embargo, hay diálogos que podrían haberse pulido, y algunos gags que no llegan a tener el impacto esperado. La película, en general, carece de la sofisticación narrativa de la primera entrega; se enfoca más en el entretenimiento puro y directo, y en la recreación de la atmósfera original, que ya era bastante particular.

En definitiva, “La Gira de los Teleñecos” es una secuela que cumple con la promesa de su predecesora, aunque no alcanza la altura del original. Es una película divertida, entretenida y que sabe cómo evocar la nostalgia. Si eres fan del primer Teleñecos, seguramente disfrutarás de esta nueva aventura, aunque quizás la encuentres un poco más predecible y menos sorprendente.

Nota: 7/10