La Gran Muralla (2016)

“La Gran Muralla” (2023) es una película de aventura histórica que, si bien presenta la premisa de un misterio centrado en la construcción de la emblemática fortificación china, no logra alcanzar el potencial que su concepto ofrece. La película, dirigida por Simón West, se sumerge en el siglo XV, presentando a dos mercenarios, James Foster (Eric Roberts) y Andrés de Silva (Daniel Brühl), en su búsqueda por desentrañar el secreto de la pólvora. Su viaje los lleva a enfrentarse a un ser horrendo y, al final, a descubrir una verdad mucho más inquietante y, curiosamente, menos espectacular de lo que se esperaba.

La dirección de West es competente, construyendo una atmósfera de tensión constante, aunque se siente a veces demasiado dependiente de la acción, a la que también recurre con frecuencia. La película se beneficia de la belleza visual de China, mostrando paisajes impresionantes y meticulosa recreación de la época, pero a menudo, la belleza de la localización choca con la dirección de la narrativa, que se siente algo forzada. El ritmo es irregular, alternando momentos de tensión genuina con secuencias de acción excesivamente coreografiadas que, en general, distraen de la intriga principal. Se busca generar suspenso, pero a veces, el exceso de espectacularidad disminuye el impacto de los momentos más significativos.

Las actuaciones son sólidas, con Daniel Brühl aportando una madurez y complejidad a su personaje de Andrés, un mercenario con una brújula moral que contrasta con la ambición desmedida de su compañero. Eric Roberts, como James, se limita a ser el estereotipo del mercenario imprudente, y su interpretación carece de matices. Sin embargo, los actores de la película china, que aparecen brevemente, ofrecen interpretaciones convincentes, aportando autenticidad a los elementos culturales y tradicionales del mundo que se representa.

El guion, escrito por Simon Kinnar, es donde la película realmente se desvanece. Si bien la idea de que la Gran Muralla se construyó para defenderse de una amenaza mucho más antigua y terrible que los mongoles es intrigante, la ejecución es torpe. La trama se complica innecesariamente, con giros argumentales poco creíbles y una falta de desarrollo de personajes que impide conectar emocionalmente con la historia. Se plantean interrogantes interesantes sobre el origen de la amenaza y el verdadero propósito de la muralla, pero las respuestas son presentadas de forma apresurada y sin suficiente profundidad. El guion parece intentar abarcar demasiado, tratando de combinar elementos de aventura, thriller y fantasía sin lograr que ninguno de ellos se desarrolle de forma satisfactoria. La historia de amor que se introduce entre los dos mercenarios, aunque presente, no tiene el peso dramático que podría haber tenido para enriquecer la narrativa.

A pesar de sus fallas, “La Gran Muralla” ofrece algunas secuencias visualmente impactantes y un concepto original. Sin embargo, la ejecución deficiente y la falta de atención a la construcción narrativa la convierten en una película olvidable, que no cumple con las expectativas generadas por su premisa.

Nota: 5/10