“La guerra del mañana” no es una película que dejará huellas imborrables, pero sí que ofrece un entretenimiento sólido, especialmente para aquellos que disfrutan del género de ciencia ficción con toques de acción y un mensaje moral relativamente directo. La película, bajo la dirección de Denis Villeneuve (sí, el mismo director de "Dune"), se distancia de los efectos especiales desbordantes que a veces dominan este tipo de producciones, optando por una estética visualmente limpia y una narrativa que, paradójicamente, se centra más en el desarrollo de los personajes que en el espectáculo visual. Villeneuve logra crear una atmósfera de aprehensión constante, aprovechando la paleta de colores apagados y la banda sonora de Jóhann Jóhannsson (en su última contribución antes de su fallecimiento) para intensificar la sensación de un mundo al borde del colapso.
Chris Pratt, conocido por su protagonismo en comedias románticas, demuestra una sorprendente versatilidad interpretativa. Su personaje, Dan Forester, no es un héroe nato, sino un hombre común, un profesor de instituto atormentado por la pérdida y dedicado a su hija. Pratt logra transmitir la desesperación, el miedo y la determinación que le impulsan a enfrentarse a lo desconocido. Sin embargo, la película depende en gran medida de su capacidad para conectar emocionalmente con el espectador, y aunque lo consigue, la actuación carece de la profundidad que podría haberle añadido.
Yvonne Strahovski y J.K. Simmons, por su parte, ofrecen interpretaciones sólidas y convincentes. Strahovski, como la brillante científica Isobel, aporta un aire de inteligencia y pragmatismo al grupo, mientras que Simmons, en el papel del padre endurecido y desilusionado de Dan, ofrece un retrato conmovedor de un hombre que ha perdido la fe en la humanidad. La dinámica entre estos tres personajes es uno de los puntos fuertes de la película, aportando matices a la trama y ofreciendo momentos de tensión y camaradería.
El guion, aunque presenta algunas lagunas y momentos de previsibilidad, logra abordar temas relevantes como la responsabilidad, el sacrificio, la esperanza y la naturaleza humana ante la adversidad. La idea central de la invasión alienígena es arquetípica, pero se explora desde una perspectiva original al colocar la clave de la supervivencia en la capacidad de la humanidad para aprender de sus errores y luchar por un futuro mejor. No obstante, el ritmo de la película se resiente en algunos momentos, con diálogos a veces torpes y una resolución que, en última instancia, resulta algo simplista. Se podría haber profundizado más en las implicaciones filosóficas y éticas de los viajes en el tiempo, y en la pregunta de si realmente podemos cambiar el destino de la humanidad.
En definitiva, "La guerra del mañana" es un entretenimiento decente, con un buen reparto y una atmósfera de suspense bien lograda. Si bien no alcanza la altura de otras películas del género, ofrece una experiencia visualmente agradable y un mensaje moral que invita a la reflexión. No es una obra maestra, pero es una película que merece la pena ver si buscas una distracción en la que la ciencia ficción se combine con un toque de drama familiar.
Nota: 6/10