La habitación de al lado (2024)

“La Habitación del Lado” es, en su esencia, una película que te deja con una sensación de inquietud persistente, una resonancia que va más allá de la simple historia de amistad y enfermedad. No es un thriller de terror convencional, aunque elementos de suspense y atmósfera densa, generada magistralmente por la dirección de Mike Flanagan, están presentes, no son el motor principal de la experiencia cinematográfica. En cambio, la película se erige como un profundo y a menudo doloroso análisis de la amistad, el trauma, el duelo y la construcción de la identidad.

Flanagan, conocido por su habilidad para tejer narrativas complejas y emocionales, demuestra de nuevo su dominio. Su dirección es meticulosa y con un ojo clínico que observa cada detalle, desde la luz tenue y los espacios claustrofóbicos del hogar de Ingrid hasta la expresividad sutil de los rostros de sus actores. La película se sirve de la fotografía de Guy Johnston para evocar una sensación constante de incomodidad, jugando con los ángulos, la iluminación y los espacios, que contribuyen a la atmósfera opresiva y perturbadora. Lo que más me impactó fue cómo utiliza el primer plano y las tomas cerradas para sumir al espectador en la mente atormentada de Ingrid.

Las actuaciones son, sencillamente, excepcionales. Rebecca Hall como Ingrid ofrece una interpretación conmovedora y convincente, transmitiendo la fragilidad y la complejidad emocional de su personaje con una sutileza impresionante. Sin embargo, el verdadero brillo de la película reside en la interpretación de Toni Collette como Martha. Collette abandona la comedia y se sumerge completamente en el papel de una mujer marcada por la guerra y el trauma, creando un personaje memorable, contradictorio y profundamente humano. Su presencia es fundamental para la dinámica de la historia y ofrece momentos de genuina emoción.

El guion, adaptado de la novela de Riley Sager, es lo que realmente eleva la película. Flanagan y el guionista Leigh Konezny no se limitan a contar una historia; exploran las consecuencias psicológicas del trauma, la dificultad de confrontar el pasado y la manipulación de la memoria. La trama, aunque inicialmente se presenta como un thriller psicológico, se transforma en un análisis introspectivo de la relación entre Ingrid y Martha y la forma en que sus vidas se entrelazan, revelando secretos y mentiras que penden de un hilo. La película plantea preguntas inquietantes sobre la verdad, la memoria y la capacidad de superar el pasado. El uso de flashbacks es magistral, no solo para avanzar la historia sino para mostrar las raíces del conflicto y las motivaciones de los personajes. No obstante, la historia podría haberse beneficiado de una mayor ambigüedad en el desenlace, dejando a algunos espectadores con más preguntas que respuestas.

A pesar de algunas convenciones del género, “La Habitación del Lado” es una película profundamente resonante y provocadora. No se trata de un susto rápido y fácil, sino de una experiencia cinematográfica que invita a la reflexión y que te acompañará mucho después de que los créditos finales hayan rodado. Es una película que explora las profundidades de la psique humana con una delicadeza y una honestidad que la hacen particularmente impactante.

Nota: 8/10