La historia de Buddy Holly (1978)

“La Historia de Buddy Holly” es una película que, a pesar de su duración, no siempre logra alcanzar la velocidad y el brillo que su protagonista merecía. Peter Askey, director de un largometraje que se siente como un documental reconstruido con un toque cinematográfico, nos sumerge en la vida temprana y en la meteórica carrera de Robert "Buddy" Holly, desde sus humildes orígenes en Lubbock, Texas, hasta su trágica muerte en un accidente aéreo en 1959. La película es, en esencia, un retrato íntimo y, a menudo, agridulce de un hombre y un artista que, a pesar de su talento innato y su visión pionera, tuvo que luchar constantemente contra las limitaciones y los prejuicios de la industria musical de la época.

La dirección de Askey, aunque precisa y metódica, no siempre logra transmitir la energía contagiosa que caracterizó la música de Holly. La película se centra principalmente en sus inicios, en sus intentos de salir de su pueblo natal y de encontrar su lugar en la música. Vemos su persistencia, su determinación y, por supuesto, su amor por la música. El film no intenta glorificar a Holly, mostrando también sus frustraciones, sus decepciones y sus problemas personales. Esta honestidad, esta falta de idealización, es lo que hace que el personaje sea creíble y cercano al espectador. La banda sonora, cuidadosamente seleccionada y acompañada por versiones originales interpretadas por actores, es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película, pues permite al público apreciar la profundidad y la singularidad del estilo musical de Holly.

Las actuaciones son sobresalientes. Nick Robinson, como Buddy Holly, ofrece una interpretación impecable, capturando la esencia de su personalidad: su torpeza social, su ingenio, su vulnerabilidad y, sobre todo, su pasión por la música. Robinson no se limita a imitar la apariencia física del músico; interpreta su espíritu, su forma de ser. El resto del reparto secundario, que incluye a actores como Jeff Bridges y Shameless, contribuye con interpretaciones sólidas que dan vida a los personajes que rodean a Holly, desde sus padres hasta sus compañeros de banda y sus productores.

Si bien la película se centra casi exclusivamente en los primeros años de Holly, el guion, escrito por Peter Brown, es notable por su atención al detalle y su rigor histórico. Se siente como si se hubiera realizado una exhaustiva investigación para recrear la atmósfera de la época y para reconstruir la trayectoria musical del artista. Sin embargo, el guion a veces se siente un poco lento y repetitivo, especialmente en las escenas que detallan los intentos de Holly por conseguir un contrato discográfico. A pesar de ello, la película ofrece una valiosa perspectiva sobre un músico que, a pesar de su corta vida, dejó un legado imborrable en la historia de la música popular. Es un retrato honesto y a menudo conmovedor de un icono que merece ser recordado.

Nota: 7/10