La isla de los monstruos (2017)

“La Isla de los Monstruos” (2019) se presenta como un espectáculo visualmente deslumbrante y, a pesar de su premisa de terror adolescente, resulta ser una experiencia cinematográfica más ambiciosa y perturbadora de lo que se espera inicialmente. La película, dirigida por Stuart Waters, no se conforma con los clichés del género, optando por una exploración más profunda de la identidad, el trauma y el impacto del aislamiento.

La historia de Lucas, interpretado con una vulnerabilidad palpable por Charlie Heaton, es contundente desde el inicio. Su transformación repentina en un monstruo, ante los ojos de sus compañeros de clase, desencadena una serie de eventos que lo sumergen en un viaje de autodescubrimiento y confrontación. Heaton logra transmitir con convicción la angustia y la confusión de un joven que se ve despojado de su humanidad y obligado a luchar por encontrar un lugar al que pertenecer. Su actuación, combinada con el terror silencioso que emana de su personaje, es el corazón de la película.

El apartado técnico es sobresaliente. El diseño de producción y los efectos especiales, especialmente los que dan vida a las criaturas marinas, son impresionantes y extremadamente detallados. Los tentáculos, las criaturas de las profundidades y la propia Isla Calaca se visualizan con una fidelidad sorprendente, creando un ambiente de suspense y horror constante. La dirección de arte también contribuye a la atmósfera, con la isla misma, un lugar desolado y cubierto de vegetación exuberante y retorcida, funcionando como un personaje más de la historia. La banda sonora, por su parte, es inquietante y atmosférica, acentuando los momentos de tensión y terror.

Sin embargo, el guion, aunque posee momentos de brillantez y creatividad, ocasionalmente cae en la sobreexposición de elementos visuales a expensas de la profundidad emocional. Algunas de las situaciones, aunque impactantes, se sienten un poco forzadas y podrían haberse manejado con mayor sutileza. La trama, aunque interesante, a veces se complica innecesariamente, desviando el enfoque de la historia principal hacia elementos secundarios que, en última instancia, no aportan mucho valor añadido. A pesar de esto, la película logra mantener un ritmo constante y un nivel de suspense elevado, incluso en aquellos momentos donde la historia se desvía ligeramente de su curso original.

A pesar de estas pequeñas inconsistencias, "La Isla de los Monstruos" se erige como una película de terror original e impactante, que se distingue por su estética visualmente cautivadora y su exploración de temas universales. No es un terror puramente visceral, sino un horror psicológico que deja una huella duradera en el espectador. Es una película que invita a la reflexión sobre la identidad, el trauma y la soledad, y que, por lo tanto, trasciende las convenciones del género.

Nota: 7/10