La jaula de las locas 3 (Ellas se casan) (1985)

“La Jaula de las Locas 3: Ellas se casan” es una película que, paradójicamente, se siente más como un ejercicio de desesperación creativa que como una culminación digna de su predecesores. Tras el frenesí de las dos primeras entregas, esta última entrega de la saga nos presenta una premisa bastante absurda: Albin, el empresario de la industria del foie gras, se ve obligado a casarse y tener un hijo en un plazo irrazonable para evitar la ruina de su negocio. La premisa en sí misma es un punto de partida flojo, que se ve agravado por una dirección que parece haber perdido el brillo inicial de la serie. Michel Bonello no consigue replicar la energía contagiosa de las primeras películas, optando por un ritmo más lento y una estética que, aunque conserva el glamour decadente, carece de la inventiva visual que caracterizaba a Guy Ferrières.

El guion, en general, es decepcionante. Si bien las dos primeras entregas se deleitaban con el humor negro, las situaciones absurdas y los diálogos mordaces, esta tercera entrega se siente más predecible y carente de ingenio. Las situaciones cómicas se ven diluidas por un melodrama barato y una atmósfera de desesperación que, en lugar de ser conmovedora, se siente artificiosa. Los personajes, en particular, no evolucionan significativamente y permanecen en los arquetipos que los definieron en sus entregas anteriores: Albin, el empresario sombrío; Renato, el torero melancólico; y las mujeres de la jaula, un grupo de harecistas con personalidades más estereotipadas que entrañables. No se profundiza en sus motivaciones ni se les dota de una verdadera complejidad psicológica.

Las actuaciones, sin embargo, ofrecen algunas luces. Jacques Brel, en su papel final como Albin, entrega una actuación digna de ser recordada, imbuida de una melancolía palpable y una vulnerabilidad inesperada. Su presencia es lo que salva, en gran medida, al personaje. Además, la joven actriz que interpreta a la heredera, Isabelle Toureau, ofrece una interpretación discreta y convincente, aunque limitada por el guion. Los otros miembros del reparto, por otro lado, se limitan a cumplir sus papeles sin aportar ninguna sorpresa o innovación.

En definitiva, “La Jaula de las Locas 3: Ellas se casan” es una decepción. A pesar de contar con la presencia de un actor legendario como Jacques Brel, la película carece de la frescura, la inventiva y el humor inteligente que hicieron de la saga un clásico del cine francés de los años 70. Se siente como una última, y lamentable, voluntad de cerrar una historia que, en realidad, había llegado a su fin con la segunda entrega. La película se aferra a la nostalgia, pero no consigue evocar la magia que la hizo tan especial.

Nota: 5/10