La joya del Nilo (1985)

“La Joya del Nilo” no solo se presenta como una secuela de “Tras el corazón verde”, sino como un intento de recuperar la magia y el sabor audaz de la primera entrega de Las Hermanas Braddock. Peter Masterson, director de “Tras el corazón verde”, regresa a los escenarios exóticos y el peligro, pero esta vez, la historia no se centra en la Amazonía, sino en los laberintos de la diplomacia y el lujo corrompido de Oriente Medio. La película, en principio, parece seguir una fórmula probada: una pareja de aventureros, Jack y Joan, se ven envueltos en una conspiración internacional que involucra un artefacto invaluable y una serie de personajes moralmente ambiguos. Sin embargo, la película se distingue por su enfoque en la tensión psicológica y la exploración de la corrupción a gran escala.

El guion, aunque no revolucionario, funciona con soltura. Masterson se concentra en la creación de atmósferas opresivas y claustrofóbicas, utilizando sabiamente la fotografía para reflejar el estado mental de los protagonistas. El ritmo es deliberadamente pausado, otorgando tiempo a las conversaciones subidas de tono y a la construcción de personajes complejos, con motivaciones oscuras y decisiones moralmente cuestionables. La trama se desarrolla a través de la interacción entre Jack (Bill Nighy) y Joan (Gwyneth Paltrow), quienes se ven obligados a confiar en personas que, en el fondo, son sus enemigos potenciales. El uso del suspense se basa más en la incertidumbre que en los giros argumentales impactantes, lo que le otorga una mayor credibilidad a la historia. Si bien la trama podría beneficiarse de cierta mayor complejidad, se siente como una pieza crucial para la construcción del mundo de las Braddock, un mundo donde el dinero y el poder se mezclan con la traición y el peligro.

Las actuaciones son sólidas y convincentes. Bill Nighy, en particular, ofrece una interpretación magistral de Jack, un hombre que ha perdido la fe en el sistema y que se aferra a su independencia y su intuición. Su rostro, a menudo marcado por la incredulidad y la desesperación, transmite una profundidad emocional que contrasta con la aparente frialdad de su personaje. Gwyneth Paltrow también cumple con creces, encarnando a Joan con una mezcla de vulnerabilidad y determinación. Su personaje evoluciona a lo largo de la película, y su relación con Jack se ve afectada por las circunstancias extremas a las que son sometidos. La química entre Nighy y Paltrow es palpable, lo que contribuye al impacto emocional de la película. El resto del reparto, incluyendo a Ralph Fiennes como el jeque, ofrece interpretaciones sólidas, pero se ven eclipsados por la presencia de los dos protagonistas principales.

Sin embargo, “La Joya del Nilo” no está exenta de defectos. A veces, la película se adentra en un exceso de detalles y explicaciones que dificultan la inmersión en la historia. Además, el final, aunque satisfactorio en términos de resolución, podría haber sido más audaz y sorprendente. A pesar de estas pequeñas debilidades, la película es un entretenimiento sólido, que ofrece una experiencia visualmente atractiva y emocionalmente resonante. No es una obra maestra, pero sí un digno sucesor de “Tras el corazón verde”, y un recordatorio de que las Hermanas Braddock seguirán buscando aventuras y enfrentándose a los peligros del mundo. Es una película que, para aquellos que apreciaron la primera entrega, no decepcionará.

Nota: 7.5/10