La legión invencible (1949)

“La Legión Invencible” es una película de aventuras y acción del viejo oeste que, aunque no rompe esquemas, ofrece un entretenimiento sólido y una visión particular de la historia de las relaciones entre los colonos americanos y los pueblos indígenas. Dirigida por Michael Durham, la película se sitúa en el contexto de la época de la frontera, donde el avance del civilizado se encuentra constantemente en conflicto con las costumbres ancestrales de los nativos americanos. La película, en esencia, es una batalla por la supervivencia y el control del territorio, con un protagonista moralmente ambivalente que se debate entre el deber y la empatía.

El capitán Brittles, interpretado con una rudeza calculada por Ben Johnson, se presenta como un hombre curtido por la guerra y la vida dura. Su personaje, lejos de ser un héroe blanco, es un individuo pragmático que, a pesar de sus acciones, demuestra una cierta humanidad al final. Johnson logra evocar una presencia imponente, transmitiendo la dureza del personaje sin caer en estereotipos simplistas. El resto del elenco también cumple con creces, destacando la actuación de Richard Harris como el comandante y, aunque su papel es más limitado, la presencia de Roddy McDowall aporta una dosis de humor y una perspectiva diferente sobre la situación. La dinámica entre los personajes es, en general, bastante convincente, generando tensión y complicidad en los momentos más críticos.

La dirección de Michael Durham se caracteriza por una estética visual que recuerda a los westerns clásicos, con un uso de la cámara que acentúa la vastedad y el peligro del paisaje. Las escenas de acción, aunque no innovadoras en sí mismas, son filmadas con un buen ritmo y se benefician de la notable planificación de los movimientos de los personajes. Sin embargo, el guion presenta algunas inconsistencias y momentos de previsibilidad. La trama principal, centrada en la lucha por la supervivencia y el control del territorio, es comprensible, pero carece de la profundidad y la complejidad que podrían haberla elevado a otro nivel. A pesar de ello, el guion se apoya en un desarrollo de personajes decente, con un enfoque particular en la ambigüedad moral del protagonista y las motivaciones, aunque nunca justificadas plenamente, de los líderes nativos americanos. El trasfondo histórico, aunque mencionado, se diluye en el marco de la acción, limitando la exploración de las causas de la conflictividad.

En definitiva, “La Legión Invencible” no es una obra maestra, pero sí un entretenimiento disfrutable para los amantes del género western. Ofrece un retrato, aunque condicionado por la época y la trama, de la confrontación entre dos culturas. La banda sonora, con temas épicos y evocadores, y la fotografía, que captura la belleza agreste del paisaje, contribuyen a crear una atmósfera envolvente. A pesar de sus fallos, la película es un sólido ejemplo del western clásico, con un protagonista complejo y una banda sonora memorable. El ritmo es constante y el disfrute es considerable para aquellos que buscan un western sin demasiada pretensión.

Nota: 6/10