La lengua asesina (1996)

“La lengua asesina” (1994) de Robert Rodriguez no es una película para todo el mundo, ni mucho menos un ejemplo de cine convencional. Es un delirio visual y narrativo que se adentra en un territorio peculiar, donde la comedia negra y el terror gótico se fusionan con una estética sureña que recuerda a películas de Sergio Leone, pero con una dosis extra de surrealismo. Y a pesar de su extraña premisa – una monja que engulle un meteorito y desarrolla una lengua caníbal – la película consigue, sorprendentemente, generar un compromiso con el espectador, gracias a una dirección audaz y a un guion que, aunque a veces se desvía hacia lo absurdo, mantiene un hilo conductor interesante.

Rodriguez, que ya demostraba su habilidad para el espectáculo en “From Dusk Till Dawn”, se permite experimentar con una paleta de colores vibrantes, efectos especiales que, a día de hoy, se ven un poco anticuados pero que en su momento fueron revolucionarios, y una puesta en escena deslumbrante. La atmósfera desértica, salpicada de colores chillones y personajes extravagantes, contribuye a la sensación de que estamos en un sueño febril. La dirección visual es, sin duda, el punto fuerte de la película, un verdadero festín para los sentidos.

Las actuaciones son, en general, sólidas. George Clooney, en el papel de Johnny, ofrece una interpretación llena de matices, mostrando la desesperación y el amor por Candy con una mezcla perfecta de humor y vulnerabilidad. Salma Hayek, como Candy, es igualmente convincente, transmitiendo la locura y la frustración de su personaje de manera efectiva. La química entre Clooney y Hayek es palpable, y contribuye significativamente al éxito de la película. Pero hay que destacar a los personajes secundarios, cada uno de ellos diseñado para ser memorable, desde las drag-queens caniches hasta el carcelero sádico, interpretado con una intensidad palpable por Dennis Hopper.

El guion, aunque a veces pierde el rumbo en sus escenas más surrealistas, construye un argumento que explora temas como el amor, el poder, la libertad y la identidad. La relación entre Johnny y Candy es el núcleo emocional de la película, y su lucha por salvar a Candy de la influencia del meteorito es lo que mantiene al espectador enganchado. Sin embargo, la película no se toma demasiado en serio a sí misma, abrazando la comedia y el absurdo con una naturalidad refrescante. A pesar de los momentos de excesos, el guion logra mantener un equilibrio que evita que la película se convierta en una parodia descontrolada.

En definitiva, "La lengua asesina" es una película peculiar, original y divertida, que desafía las convenciones del cine de terror y acción. No es perfecta, pero su audacia visual, sus personajes memorables y su premisa excéntrica la convierten en una experiencia cinematográfica única. Es una película que merece la pena ser vista, especialmente para aquellos que buscan algo diferente.

Nota: 7.5/10