La leyenda de la llorona (2011)

“La leyenda de la llorona” es una película que, a pesar de sus intenciones evocadoras, se siente como una oportunidad perdida. Dirigida por Michael Chiaverini y con un relato que se aferra a la mitología mexicana con una delicadeza desigual, la película se propone explorar la melancolía y el trauma generacional, pero termina siendo más una serie de imágenes visualmente atractivas que un estudio profundo del personaje de La Llorona y sus motivaciones.

La película se centra en Leo San Juan (McGuire Hooper), un hombre marcado por su pasado, que debe enfrentarse a la leyenda que lo atormenta. Hooper ofrece una actuación sólida, aunque limitada, transmitiendo la carga emocional de un protagonista que busca redención. La dinámica entre él y el grupo de acompañantes – incluyendo a El Alebrije (Salma Hayek) y los niños Calaca (Jacob Ángeles y Gabriela Gomez) – está bien establecida, y Hayek aporta una presencia imponente y un dejo de tristeza que encaja bien con el personaje. Sin embargo, las interacciones entre estos personajes a menudo se sienten superficiales, careciendo de la profundidad emocional necesaria para hacerlas realmente memorables.

El guion es, sin duda, el punto más débil de la película. Aunque Chiaverini se esfuerza por construir una atmósfera de suspense y terror, la narración se vuelve repetitiva y predecible. Las escenas de fantasmas y criaturas sobrenaturales, aunque visualmente elaboradas, pierden su impacto a medida que avanzan. El horror se basa en gran medida en la sugestión y el sonido ambiente, elementos que, si bien son efectivos al principio, no logran sostener la tensión durante toda la duración de la película. Hay momentos de brillantez en la dirección, especialmente en la representación de Xochimilco, con sus canales y trajines de trajineras, que evocan una belleza inquietante y un sentido de lugar poderoso. Sin embargo, estas imágenes se ven a menudo eclipsadas por la falta de un arco argumental convincente.

La película se vale de una mitología arraigada en la cultura mexicana, pero no se adentra lo suficiente en las raíces de la leyenda. La figura de La Llorona es presentada como un ser vengativo y aterrador, pero su historia, su dolor y sus razones para llorar permanecen en gran medida incomprendidas. Se da la sensación de que la película se limita a emplear la leyenda como un recurso estilístico, sin ofrecer una interpretación profunda o significativa. En definitiva, “La leyenda de la llorona” es una experiencia visualmente agradable, pero que carece de la sustancia narrativa y emocional para dejar una huella duradera.

Nota: 6/10