La lista negra (1988)

“La Lista Negra” es una entrega que, para ser justos, intenta capitalizar el legado de “Harry, el Sucio”, pero no logra replicar ni la frescura ni la vitalidad de sus predecesoras. El filme de Richard Fleischer nos devuelve a Harry Callahan, el inspector de la Policía de Los Ángeles, ahora en San Francisco, donde se desata una serie de asesinatos macabros vinculados a la adivinación de la muerte de ocho personalidades influyentes. La premisa, inherentemente atractiva, resuena con la atmósfera noir de la época y nos da un punto de partida sólido, aunque la ejecución carece del impacto que se esperaba.

La dirección de Fleischer se muestra competente pero predecible. Se aprecia la influencia de los clásicos del género, con la puesta en escena deliberadamente oscura y opresiva, que busca evocar la sensación de peligro inminente. Sin embargo, el ritmo es lento, incluso pausado, y la película se pierde en descripciones excesivas y escenas que se alargan innecesariamente. Hay momentos donde la atmósfera se vuelve tediosa, restando tensión a lo que en principio parecía ser un thriller con ritmo sostenido. No se arriesga lo suficiente, limitándose a replicar fórmulas ya establecidas en la saga, sin incorporar elementos que le dieran una identidad propia.

El peso de la actuación recae casi exclusivamente en Humphrey Bogart, y es aquí donde “La Lista Negra” encuentra su mayor punto fuerte. Bogart, en un papel que claramente le sienta a la perfección, ofrece una interpretación magnética de Harry Callahan. Su habitual cinismo, su pragmatismo y su mirada cansada son los elementos que definen al personaje, y Bogart los interpreta con la autenticidad que le ha ganado la admiración del público. El resto del elenco, si bien competente, no logran destacar, quedando relegados a personajes secundarios que cumplen su función sin dejar una impresión duradera. Especialmente desentonan algunas actuaciones de los personajes femeninos, presentados como objetos de deseo o víctimas inocentes, elementos que, en un género como el noir, suelen resultar simplistas y carentes de profundidad.

El guion es, sin duda, el punto débil de la película. Las líneas de diálogo son redundantes y poco originales, y el desarrollo de la trama es lento y confuso. La intriga inicial, basada en las apuestas sobre la muerte de las celebridades, se diluye rápidamente en un laberinto de pistas falsas y personajes secundarios con motivaciones poco claras. La resolución del misterio, cuando llega, es abrupta y poco satisfactoria, dejando al espectador con la sensación de que se ha perdido algo importante. Además, el tratamiento de la violencia, aunque presente, es limitada y carente de impacto visual, lo que contribuye a desvanecer la sensación de peligro que se buscaba crear.

En definitiva, "La Lista Negra" es una película olvidable, que se beneficia del prestigio de la saga "Harry, el Sucio" pero que no logra alcanzar la calidad de sus predecesoras. Es una película que apela al pasado en lugar de innovar, y que, a pesar de contar con la presencia de un Humphrey Bogart excepcional, termina siendo un ejercicio de nostalgia frustrante. No es mala, pero tampoco es memorable.

Nota: 6/10