La Llorona (2019)

“La Llorona” (2022) no es, quizás, el terror más original que hemos visto en la pantalla grande en los últimos años, pero sí logra construir una atmósfera palpable de desesperación y tragedia que, contra todo pronóstico, se queda en la memoria mucho después de que terminen los créditos. La película se centra en la historia de una madre condenada a una eterna tortura, una figura mitológica que, a través del tiempo y las generaciones, sigue atormentando a las familias marginadas y, especialmente, a los niños. La dirección de Michael Mohan logra plasmar, con un tono sobrio y realista, esa sensación de opresión y de una angustia ancestral que es intrínseca a la leyenda de La Llorona.

El guion, aunque no descamina nuevos ángulos sobre la historia de la criatura, se concentra en la familia Sullivan, liderada por Anna (Linda Hamilton), una detective con un pasado doloroso y atormentada por la pérdida de sus propios hijos. Su hija, Sophia (Maya Hawke), es sensible y propensa a escuchar susurros y voces en la oscuridad, lo que la convierte en el foco de la atención de La Llorona. La película establece un ritmo pausado, permitiendo que la tensión crezca lentamente, centrándose en la creciente paranoia de Anna y en el escalofriante contacto con lo paranormal. El guion evita recurrir a sustos fáciles o a escenas excesivamente gráficas, optando por la sugestión y el juego de luces y sombras para generar un terror psicológico que resulta, en última instancia, mucho más efectivo que cualquier efecto especial ostentoso.

La actuación de Linda Hamilton es, sin duda, el punto fuerte de la película. Hamilton, una actriz con una trayectoria impresionante, ofrece una interpretación honesta y conmovedora de Anna, una mujer consumida por la culpa y el dolor. Su mirada, llena de tristeza y determinación, transmite de forma impecable la carga emocional que lleva sobre sus hombros. Maya Hawke, en el papel de Sophia, aporta una fragilidad y una inocencia que contrasta fuertemente con la oscuridad que la rodea. La química entre ambas actrices es palpable y fundamental para el éxito de la película.

Si bien “La Llorona” no es una obra maestra del género, sí consigue trasladar al espectador la esencia de la leyenda de forma creíble y aterradora. El sonido, especialmente, juega un papel crucial, con los sonidos de la naturaleza combinados con la inquietante voz de la Llorona, creando una atmósfera opresiva y perturbadora. Aunque el final, si bien es esperable, no ofrece una resolución completa, es un final que se siente apropiado para esta historia de luto eterno. En definitiva, es una película que se recomienda a los amantes del terror psicológico, a aquellos que buscan una historia de terror más allá de los sobresaltos y que valora la atmósfera y la emoción por encima de los efectos especiales.

Nota: 7/10