“La Maldición” es, en su esencia, una película que se aferra a la tradición del terror gótico, pero que, lamentablemente, no logra alcanzar la excelencia que merece. La premisa, la de una casa con un pasado oscuro y un fantasma vengativo, es un clásico del género y se ha explorado con éxito en innumerables ocasiones. Sin embargo, esta adaptación, dirigida por Michael Petrie, se siente a menudo torpe y predecible, careciendo de la atmósfera de suspense y terror genuino que se esperaría de una historia de este tipo.
La película se centra en la dinámica entre la detective Marianne, interpretada por Vera Farmiga, y la madre soltera, Katie, encarnada por Kathryn Prescott. Farmiga, una actriz notable, aporta una presencia seria y estoica al papel de Marianne, transmitiendo la carga emocional y el método científico implacable de su profesión. Sin embargo, su actuación, aunque sólida, se ve eclipsada por el guion. La relación entre las dos personajes, que debería ser el corazón de la trama, se siente superficial y carente de la profundidad necesaria para generar empatía. Prescott, por su parte, entrega una interpretación competente, pero no logra romper el molde de la madre atormentada, lo que limita su potencial.
El guion es, sin duda, el principal problema de la película. Presenta un ritmo desigual, alternando momentos de tensión artificial con largas exposiciones sobre el pasado de la casa y la familia asesinada. Se siente que el director ha priorizado la explicación sobre la construcción del suspense, lo que resulta en una experiencia visualmente aburrida. Los jumpscares, aunque presentes, son fáciles de predecir y carecen de impacto. La historia del fantasma, inicialmente prometedora, se revela lenta y, en última instancia, poco convincente. La constante recurrencia a la exposición verbal, en lugar de mostrar la amenaza del fantasma a través de imágenes o sonidos, debilita considerablemente la sensación de peligro.
Visualmente, la película se beneficia del encanto de la arquitectura victoriana y de las sombras que crean la atmósfera de la casa. El uso de la luz y la oscuridad es efectivo para generar un ambiente inquietante. Sin embargo, la fotografía, aunque competente, no alcanza la belleza o el terror que se podría haber logrado. Además, el diseño de sonido, a pesar de intentar generar tensión, a menudo se siente poco pulido y depende demasiado de efectos de sonido prefabricados.
A pesar de sus limitaciones, “La Maldición” puede ofrecer algunos momentos de terror satisfactorio, especialmente para aquellos que disfrutan del género gótico clásico. Pero, en general, es una película que no logra cumplir con las expectativas y que se pierde en un intento fallido de reinventar un tropo ya bien establecido. Su falta de originalidad y la debilidad del guion la convierten en una experiencia cinematográfica olvidable.
Nota: 5/10