La maldición de la pantera rosa (1983)

“La maldición de la pantera rosa” no es una obra maestra, ni un regreso triunfal a la gloria de la mitología de Inspector Clouseau. Es, en esencia, un ejercicio de nostalgia cuidadosamente elaborado, un intento deliberado de revitalizar un personaje que, para muchos, se ha convertido en sinónimo de comedia física y, quizás, de un poco de tedio. Las novedades tecnológicas introducidas por el director Gary Ross, la trama de inteligencia artificial y la apuesta por un mundo futurista, aunque visualmente interesantes, terminan sirviendo principalmente para justificar las excentricidades del personaje y, en cierto modo, para diluir la esencia original de la comedia física que nos atrajo a la saga.

La dirección de Gary Ross se caracteriza por una fluidez que, si bien permite mantener el ritmo de la comedia, a veces sacrifica la tensión dramática necesaria para que la situación se sienta realmente amenazante. La película se concentra en la comedia slapstick, en las gags visuales y en las situaciones absurdas en las que se ve envuelto Inspector Clouseau, interpretado de nuevo por Peter Sellers. Aunque Sellers, como siempre, aporta un innegable encanto físico y un carisma inigualable, su actuación, en este contexto, se siente un poco repetitiva. La comedia se basa, en gran medida, en su incapacidad para realizar cualquier tarea de forma adecuada, una característica que, si bien era divertida en las películas originales, ahora resulta un poco cansina.

Las actuaciones del resto del reparto son decentes, pero no sobresalen. Gene Hackman, como el agente del FBI, aporta cierta seriedad y complejidad al personaje, ofreciendo un contrapunto interesante a la locura de Clouseau. Michaele Keough ofrece una interpretación sobria y elegante, y Christopher Guest, en un papel secundario, brinda algunos momentos de humor sutil. Sin embargo, la película no ofrece oportunidades significativas para que los actores brinden actuaciones memorables.

El guion es, quizás, el punto más débil de la película. Se basa en un premisa ingeniosa pero se complica excesivamente, con giros argumentales poco convincentes y un desarrollo de personajes superficial. La historia de la inteligencia artificial que selecciona al detective, aunque innovadora en principio, se resuelve de manera rápida e impensada, dejando un sabor agridulce. Se siente como si se hubiera invertido demasiada energía en la estética futurista y en la tecnología, a expensas de la calidad del contenido. Las situaciones cómicas, aunque abundantes, a menudo se sienten forzadas y carentes de profundidad. La película intenta ser tanto una comedia de detectives como una reflexión sobre la inteligencia artificial, pero no logra integrar estos elementos de forma cohesionada.

En definitiva, “La maldición de la pantera rosa” es un entretenimiento ligero y accesible, perfecto para una noche de cine sin grandes pretensiones. Sin embargo, no alcanza el nivel de brillantez de las películas originales de Peter Sellers y, a pesar de sus buenas intenciones, se siente como una copia deslucida de la original. Es una película que, en lugar de reinventar la fórmula, se aferra a la nostalgia y a la comedia física, sin profundizar en el desarrollo de la trama ni de los personajes.

Nota: 6/10