La máscara 2 (El hijo de la máscara) (2005)

“La máscara 2: El hijo de la máscara” (1996) se presenta como una curiosa y, en última instancia, decepcionante secuela de la controvertida original. Diez años después de las peripecias de Nick Mason, la saga de la máscara de Loki regresa con una trama que, a pesar de presentar premisas interesantes, se resuelve con la torpeza y el presupuesto limitado que caracterizan a las producciones de la época. La película, dirigida por Steve Miner, se adentra en un territorio donde el terror psicológico de la primera entrega ha sido reemplazado por una mezcla de humor forzado y efectos especiales que, en su mayoría, resultan anticuados.

La premisa inicial, la de un hombre nuevo padre que descubre que su hijo ha heredado los poderes de la máscara, es intrigante. Jamie Kennedy, como Tim Avery, entrega una actuación decente, aunque su personaje carece de profundidad y su miedo a la paternidad, aunque comprensible, se siente caricaturesco. El desarrollo de la relación entre Tim y su hijo, Mark (Jason Patric), es uno de los pocos puntos fuertes de la película, mostrando un vínculo materno y paternal que, a pesar de la situación absurda, se percibe con cierta autenticidad. Sin embargo, este arco argumental se diluye rápidamente ante la irrupción de la trama principal, dominada por la presencia de Loki, interpretado por Alan Cumming. Cumming, aunque disfruta del papel, se limita a caricaturizar al dios nórdico, reduciéndolo a un villano unidimensional con motivaciones poco claras.

El guion, escrito por David Bouchier y Tim McInnerney, es un problema central de la película. La historia se siente apresurada y carente de ritmo. Los diálogos son, en general, poco inspirados y la trama se complica con elementos innecesarios que no contribuyen significativamente al desarrollo de la historia. La relación con el perro guardián de la familia se siente particularmente forzada y se asemeja a un gag cómico repetitivo, erosionando la credibilidad de la narrativa. Los efectos especiales, aunque eran innovadores para su época, ahora resultan obsoletos y poco convincentes. La recreación de la máscara de Loki, en particular, es de una calidad cuestionable.

A pesar de sus deficiencias, “La máscara 2” conserva un cierto encanto nostálgico para aquellos familiarizados con la saga. La película ofrece momentos de tensión y suspense ocasional, aunque estos se ven eclipsados por el humor excesivo y la falta de una dirección sólida. Se intuye la intención de crear una secuela que explorara las consecuencias del poder de la máscara, pero el resultado final es un proyecto que no logra cumplir su potencial. Es una película olvidable que destaca más por su época que por su calidad.

Nota: 4/10