La matanza de Texas 2 (1986)

“La Matanza de Texas 2” no busca, ni siquiera intenta, ser una película de terror innovadora. Es un ejercicio de nostalgia gore, un homenaje retorcido a la primera entrega que, en lugar de evolucionar el concepto, se aferra peligrosamente a lo conocido. La película, dirigida por Tobe Hooper (con un notable cambio en tono respecto a su obra maestra “El Exorcista”), se siente como una especie de continuación forzada, alimentada más por la curiosidad de los fans que por una necesidad narrativa genuina. Hooper, en su última aparición en la dirección, parece más preocupado por evocar la atmósfera visceral y perturbadora de la primera película que por construir una historia sólida.

La premisa, aunque simple, tiene potencial. El regreso del asesino de los amigos de Sally, ahora un anciano vengativo, y la conexión con el programa de radio de Stretch, evocan un suspense inicial prometedor. Sin embargo, el guion peca de ser predecible y repleto de clichés del género. La trama se desarrolla de manera apresurada, con diálogos toscos y situaciones que no se exploran en profundidad. Se siente que el ritmo se ve afectado por el deseo de mantener la violencia constante, sacrificando la sutileza y el desarrollo de personajes. La escena del radio y sus efectos son bastante efectivos en su crudeza, pero en general, la escritura carece de originalidad y profundidad.

Las actuaciones, aunque cumplen su cometido, no sobresalen. La interpretación de Vernon Wells como el vengativo tío de Sally es caricaturesca en su locura, careciendo de matices que pudieran darle más peso emocional. Los jóvenes protagonistas, encargados de llamar al programa de radio, son tan planos y unidimensionales que apenas dejan una impresión. El actor que interpreta a Stretch, figura central de la primera película, aparece de forma muy limitada, contribuyendo a la sensación de que la película no aprovecha al máximo su legado.

Visualmente, “La Matanza de Texas 2” es brutal, y eso es precisamente lo que la hace tan memorable (o, más bien, perturbadora). La dirección de arte y el diseño de producción logran recrear la atmósfera opresiva y sangrienta de la primera entrega. La violencia, aunque exagerada y a veces gratuita, se presenta de manera realista y visceral. La banda sonora, con sus sonidos distorsionados y efectos de sonido inquietantes, refuerza la atmósfera de terror y desesperación. No obstante, la violencia por sí sola no puede salvar una película con un guion deficiente y personajes poco desarrollados. La película se vuelve repetitiva y, en última instancia, redundante. La necesidad de mostrar sangre es tan evidente que pierde todo su impacto.

A pesar de sus fallos, "La Matanza de Texas 2" posee una cierta crudeza que la hace interesante para los fans del género y para aquellos que buscan una experiencia de terror puro y sin complicaciones. Sin embargo, no es una obra maestra y ciertamente no se compara con la original. Es un esfuerzo válido, pero un poco torpe y carente de la inteligencia y el impacto emocional que caracterizaron la primera entrega.

Nota: 6/10