La mensajera (2019)

“La Mensajera” (originalmente “The Equalizer”) no es una película que dejará huella, pero tampoco es un ejercicio de mediocridad. Dirigida por Ridley Scott, el veterano maestro del suspense, la película se presenta como un thriller de acción estilizado y, en gran medida, satisfactorio, aunque con algunas inconsistencias que alejan un poco de su potencial. Scott, conocido por su meticulosidad y atención al detalle, consigue recrear un ambiente de tensión constante, aprovechando al máximo la atmósfera de Nueva York de los años 80, un decorado que, aunque relativamente genérico, funciona a favor de la ambientación y el dramatismo.

Gary Oldman, como siempre, es un personaje formidable. Su Ezekiel Mannings es un villano sutil y aterrador. No se trata de un malvado caricaturesco, sino de un hombre de negocios frío, calculador y capaz de ejercer una violencia despiadada con una indiferencia asombrosa. La actuación de Oldman es magistral, transmitiendo la amenaza de Mannings a través de miradas, gestos y un tono de voz glacial. Es un villano que te hace sentir incómodo, no porque sea particularmente malvado, sino porque su crueldad se basa en la lógica y la eficiencia. Su interpretación, junto con el diseño de producción, crea un personaje memorable, aunque el resto de los antagonistas carecen del mismo nivel de profundidad.

Olga Kurylenko, interpretando a la misteriosa mensajera, aporta una presencia atractiva a la trama. Su personaje, inicialmente, es un completo enigma. Aunque su arco de actuación es algo limitado, Kurylenko transmite una mezcla de vulnerabilidad y determinación que genera interés en su destino. La dinámica entre ella y Amit Shah, quien interpreta al precario Nick Murch, funciona razonablemente bien. Su relación, basada en la supervivencia y la necesidad mutua, es el núcleo emocional de la película, aunque a veces se siente un poco superficial.

El guion, escrito por Robert Clack y Tom Hills, es el punto más débil de la película. Aunque la premisa es interesante y la acción es decente, la trama se siente a veces predecible y las situaciones, aunque emocionantes, a menudo se resuelven de forma demasiado conveniente. El ritmo es irregular, alternando momentos de tensión intensa con pasajes más lentos y expositivos. Además, algunas de las subtramas, como la del pasado de Nick, podrían haberse desarrollado con mayor profundidad para enriquecer la historia. Sin embargo, la película se beneficia de una excelente banda sonora que mantiene la tensión y la intensidad de las escenas de acción.

En definitiva, “La Mensajera” es un thriller de acción estilizado que, si bien no alcanza la excelencia, ofrece entretenimiento y un sólido trabajo actoral, especialmente por parte de Gary Oldman. La dirección de Scott y la atmósfera de la película son, sin duda, sus mayores fortalezas. Es un espectáculo visualmente atractivo que se disfruta más por su estilo que por su originalidad.

Nota: 6.5/10