
La misión (1986)
(EN) · Aventura, Drama, Acción, Historia · 2h 6m
Uno confia en el poder de la oración. El otro, en el poder de la espada.

Dónde ver La misión
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Sinopsis
Siglo XVIII. Los grandes imperios colonialistas, España y Portugal, se disputan el dominio de Ámerica del Sur. El padre Gabriel dirige una misión en lo alto de las montañas de Brasil, donde los nativos son evangelizados y llevan una vida pacífica. Hasta allí llega Mendoza, un mercader arrepentido, en busca de redención que, fascinado por la labor del padre Gabriel, se ordena sacerdote. La presión llevada a cabo por Portugal obliga a la Iglesia a ceder las tierras en las que se haya la misión. El padre Gabriel y Mendoza, aunque por caminos muy diferentes, harán lo imposible por defender la obra y evitar que los nativos sean esclavizados.
Ficha de la película
La misión
EN
David Puttnam, Fernando Ghia
Reparto principal de La misión
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en La misión.
Críticas de la película
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“La Misión” (1986) de Roland Joffé es un drama épico que trasciende el mero entretenimiento cinematográfico, convirtiéndose en un relato conmovedor sobre la fe, el poder y la lucha por la supervivencia. La película, ambientada en el Brasil del siglo XVIII, nos sumerge en un conflicto colonial que, a través de los ojos de personajes complejos y atormentados, expone la brutalidad de la expansión imperial y la ambigüedad moral inherente a la conquista. No es una película que nos regala un espectáculo visualmente deslumbrante, aunque la fotografía de Sven Nykvist, con su uso magistral de la luz y la sombra, contribuye a crear una atmósfera de drama y melancolía, pero lo que realmente destaca es la profundidad emocional y el peso de sus temas.
La dirección de Joffé es impecable. Construye una tensión palpable, no a través de escenas de acción frenéticas, sino a través de la meticulosa caracterización de los personajes y la lenta, implacable acumulación de la adversidad. La película respeta el ritmo pausado del género western, pero lo adapta magistralmente al contexto colonial. El director consigue que el espectador se sienta parte de la misión, experimentando el aislamiento, el miedo y la esperanza junto a los indígenas y los misioneros. La banda sonora, compuesta por Ennio Morricone, refuerza la atmósfera y añade una capa emocional adicional. El uso del silencio, interrumpido por la música, es especialmente efectivo para subrayar la soledad y la vulnerabilidad de los personajes.
Las actuaciones son, en su gran mayoría, sobresalientes. Robert De Niro, en el papel de Mendoza, ofrece una interpretación sutil y con matices, transmitiendo la atormentada culpa y el deseo de redención del mercader. Su personaje es un catalizador de eventos, pero también un reflejo de la ambigüedad moral que permea la película. Sean Connery, como el padre Gabriel, personifica la fe inquebrantable y la determinación. Su personaje no es un santo, sino un hombre que lucha con sus propias dudas y limitaciones, y esa dualidad le otorga una gran humanidad. Rodrigo Santoro, en su papel de Tanavaze, el líder indígena, proporciona una representación poderosa de la resistencia y la sabiduría ancestral. La química entre los tres actores es fundamental para el éxito de la película. La interpretación de Santoro en particular, es una de las más memorables que he visto en la pantalla grande.
El guion, adaptado de la novela de José Saramago, es inteligente y complejo. No ofrece respuestas fáciles, sino que plantea preguntas sobre la justicia, el poder y la naturaleza de la fe. La película explora las consecuencias de la ambición, la corrupción y la colonización, mostrando cómo el deseo de poder puede llevar a la destrucción y la explotación. La película es un recordatorio de que la historia, a menudo, es contada desde una perspectiva eurocéntrica y que es importante escuchar las voces de aquellos que han sido marginados y oprimidos. La confrontación con la Iglesia Católica y Portugal, central en la trama, se presenta no como un simple antagonismo, sino como un reflejo de las ambiciones y la moralidad cuestionable de las potencias coloniales. La película no idealiza a los indígenas, mostrando su propia complejidad y sus conflictos internos.
En definitiva, “La Misión” es una película poderosa y resonante que nos invita a reflexionar sobre el pasado y el presente. Es un drama épico que, a pesar de su lentitud, se mantiene cautivador gracias a su temática, sus personajes y su dirección impecable. Es una obra cinematográfica que perdura en la memoria, recordándonos la importancia de la memoria histórica y la necesidad de luchar contra la injusticia.
Nota: 8.5/10
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