“La Montaña Rusa” es un ejercicio de nostalgia y comedia romántica con una dosis considerable de confusión, tanto para el espectador como para sus personajes. La película, que se propone como un análisis de las complejidades del amor, el deseo y la amistad a lo largo del tiempo, termina siendo una experiencia a veces desconcertante, pero que, en última instancia, compensa con momentos genuinos de humor y cierta sensibilidad. La premisa – tres amigos de la infancia reencuentrados – es una base sólida, un punto de partida ideal para explorar las dinámicas que se gestan cuando el tiempo y las experiencias separan a las personas.
La dirección de Elena Martín es competente, aunque carece de una identidad distintiva. Se esfuerza por mantener un ritmo ágil, intercalando diálogos ingeniosos con situaciones cómicas, pero a veces la película se siente un poco superficial, como si no profundizara lo suficiente en la psicología de sus personajes. El uso de la cámara, en general, es dinámico, con planos que capturan la energía de los diálogos y la tensión entre los protagonistas. Sin embargo, la puesta en escena no alcanza un nivel que realmente eleve la experiencia visual.
Las actuaciones son, sin duda, el punto fuerte de la película. Clara Serrano, en el papel de la protagonista, ofrece una interpretación convincente y llena de matices. Su personaje, marcada por la vulnerabilidad y la confusión, es el motor de la trama y la actriz consigue transmitir la complejidad de su situación con honestidad. Los dos actores que interpretan a sus amigos masculinos – Pablo García y Sergio Morales – también cumplen con creces, aportando un buen equilibrio entre humor y ternura. La química entre ellos es palpable, lo que se traduce en momentos de gran disfrute para el espectador.
El guion, escrito por Ana López y Daniel Ramírez, es donde la película se tambalea más. Aunque contiene diálogos inteligentes y situaciones cómicas, también presenta algunos agujeros argumentales y personajes secundarios poco desarrollados. La trama se complica con demasiadas subtramas, lo que genera confusión y diluye el impacto emocional de los momentos más importantes. El tema central del triángulo amoroso se explora de forma superficial, sin llegar a profundizar en las motivaciones y los sentimientos de los personajes. Se siente como si la película se concentrara más en la idea del "triángulo" que en la exploración de las relaciones humanas subyacentes.
A pesar de sus deficiencias, "La Montaña Rusa" ofrece un entretenimiento agradable, especialmente para aquellos que disfrutan de las comedias románticas con un toque de humor y sorpresa. El guion es imperfecto, pero las actuaciones son sólidas y la película se beneficia de una buena dosis de química entre los protagonistas. Es una película que, aunque no alcanza la excelencia, deja una impresión positiva y te invita a reflexionar sobre la naturaleza del amor, la amistad y la búsqueda de la felicidad.
Nota: 6.5/10
