La mujer del quinto (2011)

“La Mujer del Quinto” es una película que se adentra en la introspección y la melancolía, ofreciendo una experiencia cinematográfica a la vez inquietante y reflexiva. Basada en la novela de Douglas Kennedy, la película sigue el viaje de un escritor estadounidense, Owen Bishop, que, tras una escándalo publicitario que lo despoja de su carrera y reputación, decide buscar refugio en una pequeña y pintoresca ciudad francesa. Su intención inicial es la de encontrar la paz y quizás reinventarse, pero su llegada desencadena una serie de eventos que lo arrastran a un misterioso y perturbador caso.

La dirección de Ben Lewin es sutil pero efectiva. Lewin sabe construir una atmósfera de creciente tensión sin recurrir a artificios baratos. La película se apoya en la sugerencia, en el silencio y en la fotografía de Juliette Sosna, quien capta a la perfección el ambiente gris y lluvioso de la región, el tedio y la inquietud. Los planos largos y la composición cuidadosa contribuyen a esa sensación de incomodidad, de que algo está por suceder. Sin embargo, a veces la lentitud puede resultar un tanto frustrante, especialmente en las primeras fases de la película, donde la trama se desarrolla con cautela, dando prioridad a la creación del ambiente sobre el avance de la historia.

La actuación de Michael Fassbender es, sin duda, el corazón de la película. Fassbender interpreta a Owen Bishop con una intensidad contenida y un palpable aura de desolación. Su mirada transmite la desesperación y la confusión de un hombre que ha perdido todo y que se encuentra al borde del abismo. Le otorgan una vulnerabilidad que es, a la vez, conmovedora y perturbadora. Mientras que la actriz francesa, Isabelle Huppert, interpreta a la viuda, Veronique, con una elegancia glacial y un aire de misterio que la convierten en un personaje inolvidable. Su actuación es magistral, imbuida de una tristeza profunda y una ambigüedad constante, dejando al espectador preguntándose si es víctima o perpetradora. La química entre ambos actores es palpable, transmitiendo una conexión tensa y compleja que va más allá de la simple relación entre un escritor y una viuda.

El guion, adaptado de la novela, es, en general, sólido. La trama se desarrolla de manera gradual, revelando detalles del pasado de Owen y de los habitantes del pueblo a medida que avanza la historia. Sin embargo, la película no se limita a ser un mero thriller psicológico; explora temas como el honor, la traición, el secreto y el peso del pasado. La novela, con sus constantes giros y revelaciones, se transpone bien a la pantalla, aunque algunos pueden considerar que la adaptación simplifica algunos de los elementos más intrincados de la historia. La ambigüedad moral de los personajes y la imposibilidad de discernir la verdad a partir de las apariencias son elementos centrales de la película, y contribuyen a crear un ambiente de suspenso y incertidumbre que te mantiene enganchado hasta el final.

Nota: 7.5/10