“La mujer explosiva” es una comedia adolescente que, si bien aborda un tema universalmente atractivo – la inseguridad y la búsqueda de la validación social entre los jóvenes – no alcanza la profundidad o el ingenio que se esperaría de un largometraje con este tipo de premisa. El director, Ben Miller, maneja la puesta en escena con una notable fluidez, logrando una estética visual limpia y moderna que se ajusta perfectamente a la temática. Las secuencias de animación, creadas por computadora, son efectivamente sorprendentes y, en algunos momentos, incluso impactantes, especialmente cuando la “mujer explosiva” se vuelve más audaz en sus acciones. Miller sabe cómo aprovechar el efecto visual para generar sorpresa y humor, pero a veces se enfoca demasiado en la técnica, descuidando un poco el ritmo narrativo.
El corazón de la película reside en las interpretaciones de sus dos protagonistas, Dylan Minnee y Noah Gray-Cabey. Ambos actores cumplen con creces con sus roles, capturando de forma convincente la torpeza, la frustración y la creciente obsesión de Gary y Wyatt. Minnee, en particular, ofrece una actuación particularmente buena, transmitiendo con éxito la lucha interna de su personaje entre la desesperación por ser aceptado y el cuestionamiento de sus propios deseos. Gray-Cabey complementa su interpretación con una naturalidad contagiosa, contribuyendo a que la dinámica entre ambos personajes sea creíble y divertida. Sin embargo, la película se beneficia enormemente de la química que se percibe entre ellos, y la relación entre estos dos adolescentes siempre tiene el peso más grande en la narrativa.
El guion, aunque entretenido y con momentos genuinamente cómicos, presenta algunas debilidades. El desarrollo de la trama se siente un tanto apresurado, con algunos diálogos que parecen forzados para generar la comedia. Si bien el tema central de la búsqueda de la popularidad es pertinente, la película no explora las consecuencias de las acciones de los personajes de una manera suficientemente profunda. Se podría haber profundizado en las implicaciones éticas y emocionales de crear una persona artificial para satisfacer las propias necesidades, y se habría enriquecido la historia. Además, algunos de los personajes secundarios, como la novia de Wyatt, se sienten poco desarrollados y redundantes en la trama. Se intenta, de alguna forma, añadir un elemento de crítica social, pero el mensaje se diluye en la superficie. El elemento de suspense, que se intenta introducir con la aparición de la “madre” de Gary y Wyatt, pierde fuerza a medida que avanza la película, quedando más como un recurso aislado que no encaja completamente en el resto de la narrativa.
En definitiva, “La mujer explosiva” es una comedia adolescente agradable, con momentos de humor y algunas escenas visualmente impactantes. Sin embargo, su guion superficial y su ritmo irregular impiden que sea una película particularmente memorable. Podría haber sido mucho más, y se echa en falta una mayor profundidad en el tratamiento de los temas que aborda. La película ofrece entretenimiento ligero, pero no deja una impresión duradera.
Nota: 6/10