La novelista y su película (2022)

“La novelista y su película” es una película delicada y, a mi juicio, profundamente conmovedora. No se trata de un drama explosivo ni de una narración llena de giros inesperados, sino de una exploración introspectiva y, sobre todo, honesta de la duda creativa y el peso del pasado. La película, dirigida con maestría por el experimentado Lee Min-ha, logra capturar la atmósfera opresiva de un encuentro entre tres mujeres que, a pesar de su amistad, llevan heridas emocionales sin cicatrizar. El resultado es una experiencia cinematográfica que se instala en la mente y la lleva a reflexionar sobre las elecciones que nos hacemos y el precio que pagamos por perseguir nuestros sueños.

El guion, adaptado de un cuento de la misma autora, se centra en el diálogo y la sutil exposición de la psicología de sus personajes. La trama, aparentemente sencilla, se expande a través de conversaciones que revelan las frustraciones y los resentimientos acumulados a lo largo del tiempo. La película evita la melodramatización y se aferra a la realidad de las relaciones humanas, con sus matices, contradicciones y silencios. La tensión no proviene de un conflicto externo, sino de la incomunicación interna, del miedo a expresar la verdad y del dolor de no ser entendidos. Es una apuesta arriesgada, que exige una gran capacidad de observación y sensibilidad por parte del espectador.

Las actuaciones son sobresalientes. Junhee, interpretada con una belleza melancólica por la actriz Kim Go-eun, transmite con sutileza la confusión y el miedo que la atormentan. Su personaje, una mujer de gran talento pero plagada de dudas, es increíblemente humano y relatable. Las actuaciones de las dos amigas, Lee Ji-eun y Jung Ju-ri, complementan a la perfección el de Junhee, aportando distintos matices y perspectivas. No se trata de personajes planos, sino de individuos complejos con sus propias motivaciones y razones para actuar como lo hacen. Se ve especialmente bien la forma en que la tensión entre las amistades es palpable y sutil, a menudo expresada en miradas y pausas en el diálogo.

La dirección de Lee Min-ha es precisa y cuidadosa. El uso de la cámara es minimalista, pero efectivo, y la fotografía contribuye a crear una atmósfera de melancolía y soledad. La película no depende de efectos especiales ni de artificios visuales, sino de la fuerza de la historia y de las emociones que evoca. El ritmo es pausado, permitiendo que el espectador se sumerja en el universo interior de los personajes y reflexione sobre sus propias vidas. En particular, la elección de las locaciones, que evocan la quietud y el aislamiento, refuerza el mensaje de la película: la necesidad de encontrar un espacio interior para sanar las heridas del pasado.

En definitiva, “La novelista y su película” es una obra cinematográfica que va más allá del entretenimiento superficial. Es una invitación a la introspección, una meditación sobre el arte, la amistad y el dolor de la creación. Es una película que permanece en la memoria mucho después de que termina la proyección, generando preguntas y reflejos personales.

Nota: 8/10