La pantera rosa (2006)

“La pantera rosa” (1966), dirigida por Blake Edwards, es una obra maestra del cine de comedia, una joya atemporal que sigue siendo tan divertida hoy como lo fue en su estreno. Más allá de la simple trama de un robo de joyas, la película se erige como una brillante sátira a las convenciones del género de detectives, a la prensa sensacionalista y a la vanidad de la alta sociedad. Edwards, con su característico estilo visual y humor negro, consigue construir una narrativa que es a la vez absurda y perspicaz.

El corazón de la película reside, sin duda, en la química entre Peter Sellers y Elke Brendel. Sellers, en un papel que le sienta como la guinda del pastel, entrega una interpretación de Clouseau inolvidable. Su torpeza, su incapacidad para comprender situaciones básicas y su constante propensión a la desgracia son tan exageradas que se convierten en un vehículo para generar risas genuinas. A pesar de la aparente ineptitud, Sellers logra infundir a Clouseau con una mezcla peculiar de vulnerabilidad y dignidad, lo que lo convierte en un personaje entrañable y profundamente memorable. Brendel, como la elegante y sofisticada Jacqueline Whitney, equilibra a la perfección el humor de Sellers con una presencia serena y elocuente, ofreciendo una contrapunto elegante y sutil.

La dirección de Edwards es impecable. La película está visualmente estimulante, con secuencias de acción cómicas que han trascendido el tiempo. Las escenas de persecución, por ejemplo, son exquisitamente coreografiadas, utilizando elementos cotidianos como sillas, escaleras y hasta un sombrero como armas improvisadas. Pero más allá de la acción, la película se distingue por su atención al detalle, desde la decoración lujosa de los escenarios hasta la música, que complementa a la perfección el tono general de la obra. La banda sonora, compuesta por Henry Mancini, es, como en tantas otras películas de Sellers, un elemento esencial para el éxito de la comedia.

Sin embargo, no todo es perfecto. El guion, aunque ingenioso, a veces se apoya demasiado en la slapstick, recurriendo a situaciones previsibles y clichés del género. El personaje de Dreyfus, interpretado por Maurice Nucchet, es un arquetipo demasiado burdo y caricaturesco, poco más que un instrumento para la trama. No obstante, la película se salva gracias a la excelencia de las actuaciones y a la dirección artística. La crítica a la prensa, satirizada con maestría, resulta sorprendente incluso hoy en día, puesto que la manera en que los medios de comunicación se apresuran a sacar provecho de la desgracia de un individuo, la dramatización y el interés mediático en torno a su vida, son, lamentablemente, aspectos que siguen siendo palpables en el mundo actual.

En definitiva, "La pantera rosa" es una comedia que, a pesar de sus pequeños defectos, sigue siendo un clásico del cine. Es una película que invita a la risa, que nos hace reflexionar sobre la naturaleza del espectáculo y que, a través de la torpeza de su protagonista, nos ofrece una mirada divertida y crítica a la sociedad.

Nota:** 8.5/10