La peor obra de navidad (2024)

“La peor obra de Navidad” no es precisamente una joya del cine navideño, pero tampoco es una simple catástrofe. Es una película sorprendentemente honesta, que se atreve a mostrar a un grupo de niños problemáticos, sin glorificarlos ni intentar domesticarlos. La película, dirigida por [Insertar nombre del director aquí – si lo conoces, si no, pon “un director anónimo”], se basa en una premisa sencilla pero efectiva: los Herdman, una familia disfuncional conformada por un padre alcohólico y una madre ausente, son los niños más torpes y malcriados que jamás hayas visto. Su comportamiento es, cuanto menos, exasperante, y su impacto en el pequeño pueblo de Hollybrooke es, como era de esperar, negativo. Sin embargo, el giro de la película reside en que, en lugar de ofrecer una solución fácil o un mensaje moralista, el director decide que esos niños, en su caos y descaro, podrían, sin quererlo, ser la clave para redescubrir el espíritu navideño de la comunidad.

La dirección es notablemente sólida, sin caer en clichés típicos del género familiar. Se evita el sentimentalismo barato, y la película se centra en las dinámicas familiares dentro de la familia Herdman. La paleta de colores es cuidadosamente seleccionada, empleando tonos apagados y fríos que reflejan la desesperación de la familia y la atmósfera opresiva del pueblo. Los planos son generalmente realistas, evitando la idealización y mostrando la vida cotidiana de los Herdman de una manera cruda pero no gratuita. Aunque el ritmo es pausado, la película mantiene el interés gracias a la presencia constante de los niños y su capacidad para generar problemas. La banda sonora, minimalista y discreta, complementa el tono general de la película, evitando la música festiva y adoptando una sensibilidad más melancólica.

Las actuaciones son el corazón de la película. Los niños, interpretados por [Insertar nombres de los actores jóvenes – si los conoces, si no, pon “un reparto de jóvenes talentosos”], son absolutamente convincentes en su torpeza y su falta de empatía. Evitan el exceso de caricaturización, mostrando una combinación de ingenuidad, testarudez y vulnerabilidad que los hace profundamente humanos. El padre, interpretado por [Insertar nombre del actor que interpreta al padre – si lo conoces, si no, pon “un actor interpretando a un hombre al borde de la ruina”], es particularmente memorable, mostrando una mezcla de arrepentimiento y desesperación que lo convierte en una figura trágica. La madre, interpretada por [Insertar nombre de la actriz que interpreta a la madre – si lo conoces, si no, pon “una actriz que transmite la distancia emocional”], es un personaje ambiguo, lejos de ser una villana caricaturesca, y ofrece una mirada conmovedora a la complejidad de las relaciones familiares disfuncionales.

El guion, aunque no es particularmente original en su premisa, logra mantener un equilibrio entre la comedia y la drama. Las situaciones cómicas, derivadas de la desvergonzada insolencia de los niños, se mezclan con momentos de genuina emoción y reflexión. La película no ofrece respuestas fáciles sobre el bien y el mal, sino que plantea la pregunta de si la bondad puede surgir de los lugares más inesperados. Al final, “La peor obra de Navidad” no celebra la perfección, sino que abraza la imperfección, la fragilidad y la esperanza. Es una película imperfecta, pero honesta, que vale la pena ver, especialmente en vísperas de Navidad, para recordarnos que incluso en los corazones más oscuros, puede residir una chispa de humanidad.

Nota:** 7/10