La red fantasma (2024)

“La Red Fantasma” (The Ghost Protocol, en su título original) se presenta como una propuesta intrigante dentro del subgénero de ciencia ficción distópica, pero termina siendo una experiencia visualmente atractiva que, desafortunadamente, carece de la profundidad narrativa que promete. La película se adentra en una premisa bastante original: la desaparición inexplicable de individuos en un futuro cercano donde la tecnología ha alcanzado un nivel de sofisticación que difumina la línea entre la realidad y la simulación. La trama gira en torno a Iris Moreau, interpretada con una notable fuerza por Eva Römel, una detective obsesionada con resolver estos “desvanecimientos” y que, poco a poco, se ve envuelta en una conspiración mucho más vasta y siniestra.

La dirección de Ben van der Steeg es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Logra crear una atmósfera opresiva y de constante tensión, utilizando la paleta de colores, la iluminación y la composición de planos para transmitir una sensación de inquietud y desasosiego. Las escenas en las que Iris explora las instalaciones de la corporación "Synapse" son particularmente memorables, con tomas que evocan la frialdad y la deshumanización de la tecnología. Sin embargo, esta meticulosa puesta en escena a veces prioriza la estética sobre el desarrollo de la historia. Hay momentos en los que la película se diluye en un ballet visual que, aunque impactante, no aporta mucho al argumento.

La actuación de Eva Römel es, sin duda, el corazón de la película. Transmite la determinación, el dolor y la creciente paranoia de Iris de forma convincente. La complejidad de su personaje, dividida entre su deber como detective y su propia vulnerabilidad, es palpable. El resto del reparto, aunque competente, no alcanza la misma profundidad. En particular, la interpretación de los antagonistas resulta un tanto unidimensional y poco desarrollada, lo que debilita el impacto de la conspiración que se revela. El guion, escrito por Ben van der Steeg y Ben van der Steeg, presenta algunas ideas interesantes sobre la memoria, la identidad y el control mental, pero a menudo se ve obstaculizado por un ritmo irregular y por una falta de concreción en ciertos aspectos clave. El final, aunque visualmente ambicioso, puede resultar frustrante por su naturaleza abierta y por la ausencia de una resolución satisfactoria.

En definitiva, “La Red Fantasma” es una película que invita a la reflexión y que ofrece imágenes impactantes, pero que no logra consolidarse como una obra maestra. Es una apuesta por la ciencia ficción algorítmica que, aunque visualmente atractiva y con una interpretación destacada de Eva Römel, se queda a medio camino, dejando al espectador con la sensación de que podría haber sido mucho más.

Nota: 6/10