La reina de corazones (Best Foot Forward) (1943)

“La Reina de los Corazones (Best Foot Forward)” es una comedia romántica que, si bien no alcanza la gloria de las comedias más emblemáticas de Lucille Ball, ofrece un entretenimiento ligero y una mirada nostálgica a la época dorada de Hollywood. La película, dirigida por Thomas Oliver son el director que le dio el toque visual y la sensibilidad melancólica que le dan una extraña belleza a la trama. La película no intenta revolucionar el género, sino que se instala cómodamente en la tradición de las comedias románticas que celebra el glamour, la búsqueda del amor y la importancia de la perseverancia. Sin embargo, la dirección y el ritmo deliberadamente pausado pueden resultar algo lentos para un espectador moderno acostumbrado a la acción y al dinamismo. A pesar de ello, la película tiene un encanto particular, una cierta elegancia en su puesta en escena, especialmente en los exteriores de Los Ángeles.

El punto fuerte de la película reside, sin duda, en la interpretación de Lucille Ball. Ella no es solo una comedia, sino una actriz con una profunda comprensión de sus personajes. Ball ofrece una performance vibrante y llena de matices, capturando la mezcla de escepticismo y vulnerabilidad de Lucille Ball, una actriz que, aunque ya establecida, anhela un nuevo impulso en su carrera. Su química con el joven actor Michael Paré, quien interpreta al cadete, es genuina y divertida, alimentando las escenas cómicas con naturalidad. Paré, en cambio, aunque competente, no logra eclipsar a Ball, pero cumple con el papel de el chico encantador y un poco torpe que necesita un empujón para alcanzar sus sueños. La inclusión de la novia del cadete, interpretada por la joven y carismática Sami Newman, aporta un contrapunto interesante a la historia, elevando las tensiones y añadiendo una capa de complejidad a la trama. El conflicto de intereses entre las dos mujeres es el motor principal de la segunda mitad de la película y, sorprendentemente, es uno de los aspectos más divertidos.

El guion, escrito por varios autores, es sencillo y directo, sin demasiadas vueltas argumentales. Se centra en la idea de un “empujón” para la carrera de Lucille Ball y en la transformación personal del cadete. Si bien la historia no es original, la película se beneficia de un tratamiento cuidadoso y de un diálogo ágil, aunque algunas situaciones pueden resultar un poco forzadas. El humor se basa en situaciones cómicas, diálogos ingeniosos y en el contraste entre el mundo glamoroso de Hollywood y la vida cotidiana de un cadete militar. El ritmo, como mencioné anteriormente, es un punto débil, y en ciertos momentos la película se estanca, perdiendo parte de su dinamismo. Afortunadamente, la química entre los actores y el encanto de Lucille Ball son suficientes para mantener el interés del espectador hasta el final.

En definitiva, “La Reina de los Corazones (Best Foot Forward)” es una película agradable y entretenida que ofrece una mirada dulce y nostálgica a la época de Hollywood. No es una obra maestra, pero sí un digno homenaje a Lucille Ball y a su capacidad para encarnar a personajes entrañables y llenos de vida. Si buscas una comedia ligera y familiar, con una gran dosis de nostalgia y una actuación memorable de Lucille Ball, esta película te resultará muy recomendable. Además, si eres fan de la comedia clásica de Hollywood, no te la puedes perder.

Nota: 6/10