La saga Crepúsculo: Amanecer - Parte 1 (2011)

“La saga Crepúsculo: Amanecer - Parte 1” no es precisamente una joya cinematográfica, pero tampoco un absoluto desastre. Tras la frenética acción y los romances impulsivos de sus predecesoras, la película se concentra en las consecuencias lógicas – y abrumadoramente lentas – de la boda de Bella y Edward. La dirección de Catherine Hardwicke, que ya había demostrado su habilidad para el melodrama juvenil en “El Ladrón de Recuerdos”, aquí se adentra en el terreno del drama romántico post-apocalíptico, y el resultado es una experiencia que, en muchos momentos, se siente más como una larga sesión de espera que como un avance narrativo significativo. La película se centra, de manera casi obsesiva, en el embarazo de Bella y las complicaciones médicas que esto conlleva, y aunque la tensión por su salud es palpable, se diluye en una serie de escenas largas y descriptivas que, aunque bien actuadas, terminan siendo repetitivas.

Las actuaciones, sin embargo, son una de las mayores fortalezas de la película. Kristen Stewart y Robert Pattinson logran mantener la química que ha caracterizado a su romance desde el primer vistazo. Stewart, en particular, ofrece una interpretación más madura y vulnerable de Bella, mostrando el peso del embarazo y la amenaza que representa para su vida. Pattinson, como siempre, es cautivador en su papel de Edward, transmitiendo su desesperación y su amor incondicional. La presencia de Taylor Lautner, como Jacob, añade una dimensión interesante al conflicto, aunque su personaje, a pesar de su importancia en la historia, a menudo se siente relegado a un papel secundario. El desarrollo del personaje de Jacob, de un lobo solitario a un hombre en crisis existencial por el amor de su vida, se siente apresurado y poco explorado.

El guion, escrito por Catherine Hardwicke y David Schulte, es donde la película realmente desentona. Las conversaciones constantes sobre la ciencia del vampirismo, que parecían prometedoras en las entregas anteriores, se reducen a exposiciones tediosas y a explicaciones poco convincentes. La película siente la presión de justificar la existencia de un ser mitad humano y mitad vampiro, y las soluciones propuestas, a menudo basadas en supuestas reglas científicas inverosímiles, resultan más frustrantes que emocionantes. El ritmo lento, la falta de acción tangible y la dependencia excesiva de los diálogos sobre el embarazo impiden que la película mantenga el interés del espectador. La apuesta por un final agridulce, aunque comprensible en el contexto del romance, se siente algo forzada y poco satisfactoria, dejando al público con una sensación de incompletitud.

A pesar de sus defectos, “Amanecer - Parte 1” mantiene cierto encanto gracias a la química entre sus protagonistas y la atmósfera inquietante que Hardwicke consigue crear. No obstante, se le olvida demasiado fácil la dinámica que lo hizo tan popular en su momento. Es una película que seguramente polarizará a los fans, dividiéndolos entre aquellos que la recuerdan con nostalgia y aquellos que la consideran una decepción.

Nota: 6/10