La salchicha peleona (1997)

“La salchicha peleona”, o “Beverly Hills Ninja” como también se la conocía, es una obra maestra del absurdo que se atreve a desafiar las convenciones del género de acción. La película, aunque a menudo injustamente pasada por alto, es una explosión de comedia física, escenarios exagerados y personajes inolvidables. Si bien la premisa puede sonar descabellada - un gigante desgarbado, Haru, confundido con un ninja legendario y destinado a ser un estorbo para su clan - la película se sostiene gracias a la entrega absolutamente desinhibida de Chris Farley.

Farley, en el papel del Gran Ninja Blanco, se encuentra en una encrucijada: su tamaño, que en teoría lo convertiría en un activo invaluable, resulta ser su mayor problema. Su clan de ninjas, obsesionado con la disciplina y la elegancia, le ve como un estorbo que deshonra su linaje. La comedia surge de la frustración de Haru y la reacción exagerada del clan ante sus torpezas. Pero Farley va más allá de la simple comedia slapstick. Logra inyectar una vulnerabilidad y una desesperación genuina en el personaje, mostrando un deseo de ser aceptado a pesar de sus limitaciones. Es una actuación magistral, que equilibrada con su inconfundible comedia física, revela un cómico de gran potencial.

La dirección de George Kness es crucial para el éxito de la película. Kness crea un ambiente visualmente vibrante y desorientador, utilizando colores estridentes, decorados kitsch y escenarios grandiosos que se alejan de cualquier realismo. Las escenas de acción, aunque exageradas y poco realistas, son frenéticas y divertidas, aprovechando al máximo la comedia física de Farley. La película no intenta engañar al espectador; la abraza, convirtiendo la torpeza y el desorden en un elemento fundamental de su encanto.

El guion, coescrito por Farley, es una mezcla de referencias al cine de artes marciales, como “Enter the Dragon”, y una crítica mordaz a la obsesión por el éxito y la fama de Hollywood. La trama, aunque simple, sirve como un pretexto para mostrar la personalidad excéntrica de los personajes y para explorar temas como la identidad, la aceptación y la búsqueda de la felicidad. Hay momentos brillantes de humor negro y diálogos ingeniosos que sorprenden en la cantidad de inteligencia que hay escondida bajo el manto del absurdo. No obstante, el ritmo es irregular y algunas escenas podrían haberse beneficiado de un desarrollo más profundo.

En definitiva, “La salchicha peleona” es una experiencia cinematográfica única, un homenaje al cine de acción de los años 80 y una celebración del humor que no teme a ser ridículo. Es una película que se disfruta más con una mente abierta y con ganas de reírse de todo. No es perfecta, pero su originalidad y su energía contagiosa la convierten en una joya olvidada que merece ser redescubierta.

Nota: 7/10