La serie Divergente: Insurgente (2015)

“Divergente: Insurgente” se presenta como una extensión necesaria, aunque algo desordenada, de la prometedora premisa inicial de la saga. Shailene Woodley continúa interpretando a Tris Prior, y su personaje se ve sometido a una presión emocional y física considerable, lo que permite a la actriz mostrar una mayor profundidad que en la primera entrega. Sin embargo, la película se pierde un tanto en su propia complejidad, sacrificando la claridad narrativa por la ambición de explorar un panorama político y social más oscuro y detallado. La constante sensación de persecución y la trama intrincada de rebeliones y traiciones, aunque entretenida, a veces resulta confusa para el espectador.

Theo James, como Cuatro, brilla con una madurez que anticipa su desarrollo a lo largo de la saga. Su lealtad y su instinto protector hacia Tris son el corazón emocional de la película. Sin embargo, la historia se inclina demasiado en la demonización de sus métodos, a menudo reduciendo su personaje a un simple compañero fiel en lugar de un agente activo con sus propias motivaciones y dilemas morales. La dirección de los hermanos Rothman es competente, pero carece de la fuerza visual y el ritmo que podrían haber dado más impacto a los momentos de acción y suspense. La filmación, con escenarios sombríos y una paleta de colores apagados, contribuye a la atmósfera opresiva que se pretende transmitir, pero a veces se siente más como un esfuerzo estilístico que una necesidad narrativa.

El guion, la principal debilidad de la película, intenta abordar temas complejos como la manipulación genética, el control social y la ética de la evolución humana. Se adentra en debates filosóficos interesantes, pero lo hace a menudo de forma superficial, entregando ideas valiosas pero sin desarrollar completamente sus implicaciones. Las motivaciones de Jeanine Matthews, interpretada por Kate Winslet, aunque inicialmente convincentes, terminan siendo un tanto unidimensionales. Su transformación en una figura siniestra y fanática del orden es, en última instancia, un cliché del villano que busca imponer su visión del mundo. El desarrollo de la trama, a pesar de la premisa original, se siente apresurado y a veces incoherente. Se presentan nuevas facciones y aliados con relativa rapidez, sin dedicar suficiente tiempo a establecer una conexión genuina con el público. La película se apresura en mostrar el “gran plan” del Consejo y el porqué de sus acciones, dejando al espectador con más preguntas que respuestas.

No obstante, “Divergente: Insurgente” mantiene cierta fidelidad a los elementos que hicieron que la primera entrega fuese popular: la tensión dramática, las escenas de acción bien coreografiadas y el romance entre Tris y Cuatro. Si bien no alcanza la excelencia de su predecesora, ofrece una experiencia cinematográfica digna de ver para los fans de la saga, aunque con la advertencia de que la complejidad de la trama puede requerir un esfuerzo considerable por parte del espectador. Es una entrega que, en definitiva, prepara el terreno para el desenlace de la historia, pero a costa de cierta coherencia narrativa.

Nota:** 6/10