“La venganza de Jane” es un thriller neo-western que, a pesar de no ofrecer una innovación radical, logra sumergir al espectador en la brutalidad y el aislamiento del Oeste americano a finales del siglo XIX. La película, dirigida con maestría por Rose Miller, opta por una estética visual oscura y atmosférica, evocando la melancolía y el peligro constante que definen la vida de los habitantes de esas zonas remotas. Miller construye un ambiente palpable, gracias a la fotografía de Daniel Carter, que utiliza la luz y la sombra para intensificar la sensación de amenaza inminente. Los paisajes desolados y la música, con predominio de guitarras con sonidos distorsionados, complementan a la perfección la narrativa.
El guion, coescrito por Miller y Liam O’Connell, se centra en la evolución de Jane (interpretada magistralmente por Olivia Hayes), una mujer que se ve forzada a abandonar la pasividad y la sumisión para sobrevivir. La historia, aunque previsible en algunos aspectos, se beneficia de un ritmo pausado y de diálogos afilados que revelan la psicología de los personajes. La trama explora temas como la venganza, la supervivencia, la libertad y el papel de la mujer en una sociedad patriarcal, pero lo hace con una relativa sutileza, evitando caer en clichés y estereotipos. La confrontación con la banda de Bishop no se resuelve con una violencia gratuita, sino que se presenta como un acto de autodefensa visceral y necesario. Sin embargo, algunos diálogos, especialmente aquellos que explican las motivaciones de los personajes, podrían haber sido más concisos.
La actuación de Olivia Hayes es, sin duda, el punto fuerte de la película. Hayes transmite con una gran intensidad la transformación de Jane, desde una mujer asustada y vulnerable hasta una guerrera decidida y despiadada. Su interpretación es natural y convincente, logrando conectar con el espectador a través de la mirada de una mujer que lucha por su vida y por su honor. El antagonista, Silas (interpretado por Samuel Walker), añade una capa de complejidad al conflicto. Walker ofrece una interpretación sombría y enigmática, y la dinámica entre Jane y Silas es el núcleo emocional de la película. Aunque el personaje de Silas es un poco unidimensional, su relación con Jane es el corazón de la historia y proporciona momentos de tensión y drama que mantienen al espectador enganchado.
En definitiva, “La venganza de Jane” es un thriller neo-western sólido y entretenido, que no ofrece nada de lo nuevo, pero consigue sumergir al espectador en un mundo brutal y fascinante. Es una película que se disfruta más por su atmósfera y sus personajes que por su originalidad. La dirección es competente y las actuaciones son sólidas, lo que compensa la falta de innovación en la trama. Si buscas un thriller con ritmo pausado y una atmósfera intensa, “La venganza de Jane” puede ser una buena opción.
Nota: 7/10