La vuelta al mundo en 80 días (2004)

“La vuelta al mundo en 80 días” es una película que, a pesar de sus elementos familiares, logra ser sorprendentemente fresca y entretenida. Adaptada de la novela de Jules Verne, la película no se limita a ser una mera recreación, sino que se atreve a darle su propio sello, modernizando la historia y haciéndola accesible para una audiencia contemporánea. La dirección de David Wright es impecable en su ritmo, manteniendo la tensión constante a lo largo de los casi dos años de rodaje que tuvo la película. La locación varía, desde la opulencia de Londres hasta los paisajes exóticos de Marruecos y China, y la banda sonora, que oscila entre melodías clásicas y ritmos más modernos, complementa de forma excelente la acción y la aventura.

La película se beneficia enormemente de la presencia de David Tennant, quien encarna a Phileas Fogg con una mezcla perfecta de arrogancia calculada y vulnerabilidad. Su Fogg no es solo un inventor obstinado; es un hombre atrapado en una época que le considera un loco, buscando desesperadamente el reconocimiento y la validación. Tennant logra transmitir con sutileza la frustración y la determinación del personaje, ofreciendo una interpretación que va más allá de la simple caricatura del científico excéntrico. La química entre Tennant y Olivia Colman, quien interpreta a la Sra. Dubois, es igualmente convincente. La relación entre ambos es compleja y llena de matices, con momentos de tensión, humor y, finalmente, un genuino respeto mutuo.

Si bien la película se centra en la aventura, el guion se preocupa por desarrollar los personajes secundarios. Passepartout, interpretado por Edward Holcroft, es el alivio cómico perfecto, proporcionando momentos de humor y ternura. Monique, encarnada por Frankie Wainwright, no es solo una acompañante; es una figura fuerte y decidida que aporta una perspectiva femenina al viaje. Sin embargo, el guion podría haber profundizado un poco más en sus motivaciones y en las relaciones que establecen con los demás personajes. A pesar de ello, el ritmo vertiginoso de la trama consigue mantener al espectador enganchado, con un constante cambio de escenarios y desafíos.

La película no se aleja demasiado de la esencia de la novela, pero la modernización de algunos elementos, como la incorporación de tecnología moderna y la representación de las culturas en las que viajan los personajes, la hace más atractiva para el público actual. Aunque la velocidad con la que avanza la trama a veces puede resultar un poco artificial, la película logra crear una atmósfera de aventura y emoción que resulta innegablemente atractiva. En definitiva, “La vuelta al mundo en 80 días” es una escapada cinematográfica emocionante y visualmente impactante, un digno homenaje a la novela original.

Nota: 7.5/10