Lan Kwai Fong 3 (2014)

“Lan Kwai Fong 3” no es una obra maestra cinematográfica, pero tampoco una película olvidable. Se trata de una propuesta que busca capturar la esencia de la vida nocturna de Hong Kong, concretamente en la conocida Lan Kwai Fong, y lo logra con una energía contagiosa, aunque a costa de una profundidad que, en ocasiones, le falta. La película se centra en un grupo de amigas que se encuentran en un punto de inflexión, donde las relaciones amorosas y de amistad se tornan complejas y llenas de matices, impulsadas por la euforia y el hedonismo de la noche.

La dirección de Sam Lee, al parecer influenciado por el cine de Wong Kar-wai, recrea visualmente la atmósfera vibrante y densa de Lan Kwai Fong. Las secuencias nocturnas son especialmente destacables, con una paleta de colores saturados y una puesta en escena que evoca la opulencia y el desparpajo de la ciudad. Sin embargo, a veces la estética se convierte en un fin en sí misma, eclipsando la narrativa subyacente. La película no profundiza en las motivaciones de sus personajes, simplemente los presenta en situaciones que desencadenan sus deseos y pasiones.

El reparto cumple a medias. Michelle Yeoh como Sara es intrigante, transmitiendo la fragilidad emocional que hay tras su fachada de amiga divertida. Anthony Wong, por otro lado, aporta un toque de carisma al papel de Shin, aunque su personaje carece de un arco argumental definido. La química entre Yeoh y Wong es tangible, pero no se explota al máximo. Las actuaciones de los secundarios son, en general, sólidas, con destacadas interpretaciones de actores como Sam Lee y Eiza González como Kim. La llegada de González y su presencia en la trama añade una nueva dinámica al grupo, generando tensión y rivalidades, aunque su arco narrativo es algo superficial.

El guion es quizás el punto más débil de la película. Si bien la premisa de explorar la vida nocturna y las complejidades de las relaciones es interesante, la ejecución se siente un tanto apresurada y carente de sustancia. Los diálogos a menudo son expositivos y poco naturales, y las situaciones que se presentan no siempre se desarrollan de forma orgánica. Se siente una falta de riesgo y una cierta sumisión a la fórmula del drama romántico contemporáneo. La película se basa en la tensión sexual y el triángulo amoroso, pero sin ofrecer una exploración profunda de las emociones subyacentes. El ritmo es rápido, sí, pero a menudo sacrifica la complejidad por el entretenimiento superficial.

A pesar de sus fallos, “Lan Kwai Fong 3” ofrece un respiro del cine contemporáneo y una ventana a un mundo de luces, música y deseo. Es una película para disfrutar en compañía, mientras se bebe un cóctel y se deja llevar por la energía de la noche. No es un gran avance narrativo, pero sí una experiencia visualmente atractiva y, en cierto modo, refrescante.

Nota: 6/10