Las apariencias engañan (2016)

“Las Apariencias Engañan” (Deception) no es precisamente una joya de Hollywood, pero es un entretenimiento discreto y, en ocasiones, sorprendentemente divertido que se beneficia de la química innegable entre Zach Galifianakis y Isla Fisher. La premisa, una pareja aparentemente aburrida de la clase media estadounidense que se ve involucrada en un intrincado juego de espionaje, es lo suficientemente original para despertar la curiosidad, aunque no se explora con la profundidad que podría haberle dado más sustancia. El guion, escrito por Michael Brandt y Rick Reigbes, se apoya en clichés del género de espionaje, y su ritmo es un tanto irregular. Se producen momentos de tensión genuina, pero también se recurre con demasiada frecuencia a diálogos expositivos y a situaciones que se resuelven de manera demasiado simplificada.

La dirección de Steven Soderbergh es, como suele ser habitual en su filmografía, notablemente pragmática. Soderbergh, conocido por su trabajo en documentales y por su experimentación con formatos narrativos, aporta un toque inesperado a un género que a menudo cae en la fórmula. Su estilo es sutil pero efectivo, utilizando una paleta de colores apagados y un montaje ágil para crear una atmósfera de suspense y desconfianza. Soderbergh evita los excesos visuales típicos de las películas de espionaje, centrándose en la tensión psicológica y en las relaciones entre los personajes. Sin embargo, se nota que, en ocasiones, Soderbergh lucha por equilibrar su estilo personal con las convenciones del género, lo que resulta en algunas escenas un poco forzadas.

Las actuaciones son un punto fuerte de la película. Zach Galifianakis, como el esposo sarcástico y perturbado, aporta una dosis de humor negro que contrasta de forma efectiva con la sofisticación de los nuevos vecinos. Su personaje, con su obsesión por la privacidad y su tendencia a comportarse de manera extraña, es, sin duda, uno de los aspectos más memorables de la película. Isla Fisher, por su parte, interpreta a una esposa aparentemente inofensiva pero con una creciente sospecha, demostrando una habilidad para transmitir emociones sutiles. Jon Hamm y Gal Gadot también cumplen su cometido, interpretando a la pareja de espías con un aire de misterio y carisma. La química entre ellos es notoria, y sus interacciones son el núcleo de la trama.

A pesar de sus debilidades en la trama, “Las Apariencias Engañan” se beneficia de su ritmo implacable, de las actuaciones sólidas y del toque distintivo de Steven Soderbergh. La película no pretende ser un thriller de espionaje al nivel de “Misión Imposible” o “James Bond”, sino una comedia negra con toques de suspense que ofrece un entretenimiento ligero y entretenido. No es una obra maestra, pero sí una película que merece la pena ver si buscas una opción diferente al género. El final, aunque algo predecible, deja un sabor agridulce que invita a la reflexión sobre la naturaleza de la verdad y la percepción.

Nota: 6.5/10