Las aventuras de Spirou y Fantasio (2018)

“Las Aventuras de Spirou y Fantasio” es una reliquia nostálgica, una carta de amor a los cómics franco-belgas que logra, sorprendentemente, capturar parte de la esencia y el espíritu de su origen. Esta adaptación cinematográfica, dirigida por Olivier Minel, no es una actualización moderna ni una reinterpretación radical, sino más bien un homenaje tierno y cuidadosamente ejecutado a los personajes icónicos creados por André Franquin. La película, en gran medida, funciona gracias a la habilidad del director para mantener el ritmo rápido y la energía inagotable que caracterizan a las tiras de Spirou y Fantasio.

La dirección de Minel se beneficia de un estilo visual que recuerda a los cómics originales. Los planos son dinámicos y cercanos, y la paleta de colores, aunque contemporánea, evoca la vibrante paleta de la banda desenhada. El uso de efectos de sonido y música es sutil pero efectivo, reforzando la sensación de estar inmerso en un mundo de aventuras. Sin embargo, el diseño de producción podría haber sido más ambicioso. Aunque cumple con su cometido, la ambientación, en algunos momentos, resulta un tanto genérica y carente de la riqueza visual que se esperaría de una historia ambientada en Europa y África.

El reparto ofrece interpretaciones sólidas, aunque ningún actor logra recrear completamente el encanto particular de los personajes de Franquin. Sami Boumit como Spirou y Swann Arlaud como Fantasio llevan las actrices de sus homónimos con naturalidad, transmitiendo la irreverencia y el optimismo de los protagonistas. Boumit especialmente, aporta un carisma juvenil y una energía contagiosa, capaz de convencer incluso a aquellos que no están familiarizados con las aventuras de los dos. El papel de Seccotine, interpretado por Valeria Bruni-Tedeschi, es un acierto; Bruni-Tedeschi aporta una sensualidad y una malicia que le dan un toque interesante al personaje. La presencia de Olivier Minel, además, como el Conde Pacôme de Champignac, ofrece un guiño de humor y aporta un peso cómico adecuado.

El guion, aunque competente, es la debilidad principal de la película. Si bien las aventuras son entretenidas y llenas de acción, la trama es un tanto predecible y carece de una profundidad emocional que elevaría la experiencia. Las situaciones cómicas son efectivas, pero a menudo se basan en la slapstick, lo que puede resultar forzado en ocasiones. La relación entre Spirou y Fantasio, la base de la serie, se presenta de forma natural, pero la falta de exploración de sus motivaciones individuales o de conflictos más profundos limita el desarrollo del personaje.

A pesar de estas deficiencias, “Las Aventuras de Spirou y Fantasio” es una película disfrutable, especialmente para los aficionados al cómic. Su ritmo ágil, sus personajes entrañables y su homenaje al legado de André Franquin la convierten en una opción interesante para una tarde de cine. Es una película que celebra la aventura, la amistad y la capacidad de seguir adelante, incluso ante las adversidades. Se siente como un viaje en el tiempo, un recordatorio de la magia que reside en las historias originales y su adaptación al gran pantalla.

Nota: 6.5/10