Las esposas de Stepford (1975)

“Las Esposas de Stepford” de Frank Oz, con Nicole Kidman a la cabeza, no es solo una comedia satírica de los años 50, sino un estudio inquietante sobre los roles de género, la conformidad y la amenaza silenciosa de las expectativas sociales. La película, que se beneficia de un guion inteligente y una dirección sutil, plantea preguntas poderosas sobre la libertad personal y la presión para ajustarse a un ideal de feminidad impuesto.

Kidman ofrece una interpretación magnífica como Joanna Eberhart, una fotógrafa que se siente inmediatamente fuera de lugar en la idílica Stepford. Su mirada observadora y su espíritu independiente contrastan de forma efectiva con la atmósfera opresiva del pueblo, donde las mujeres son esencialmente perras de compañía para sus maridos. La evolución de Joanna, desde la curiosidad inicial hasta la creciente sospecha y luego al enfrentamiento, es convincente y está brillantemente interpretada. La química entre Kidman y Chris O'Dowd, quien interpreta al vecino atractivo y escéptico, es palpable y añade una dimensión de humor y tensión a la trama.

Oz, conocido por su trabajo como guionista de películas de Studio Ghibli y por su dirección de comedias de Tim Burton, aporta a “Las Esposas de Stepford” una sensibilidad particular. La película no se basa en el horror tradicional, sino en la creación de una atmósfera de inquietud y paranoia. La dirección visual es meticulosa, utilizando la fotografía para enfatizar la perfección artificial de Stepford, con colores vibrantes que, a la vez, parecen insípidos y falsos. El ritmo es deliberadamente pausado, permitiendo que la tensión se acumule gradualmente, lo que contribuye a la sensación de que algo está terriblemente mal.

El guion, adaptado de un cuento corto de Ira Levin, es uno de los puntos fuertes de la película. No se limita a la sátira superficial; explora la psicología de los hombres de Stepford y revela la base de su control y su deseo de dominar a sus esposas. La película subvierte el mito de la “damasquilla” tradicional al mostrar que las mujeres controladas no son pasivas, sino que tienen una intencionalidad siniestra. La trama, aunque predecible en algunos momentos, mantiene un interés constante gracias a sus giros inesperados y a la revelación progresiva de la verdad.

A pesar de las interpretaciones sólidas y la dirección habilidosa, la película podría haberse beneficiado de una mayor profundidad en la exploración de los personajes secundarios. Algunas de las tramas secundarias, como la de la esposa del alcalde, se sienten algo apresuradas y podrían haber añadido más riqueza al mundo de Stepford. Sin embargo, esto no disminuye la calidad general de la película, que sigue siendo un comentario agudo y entretenido sobre la sociedad estadounidense de los años 50 y las presiones sobre las mujeres.

Nota: 7.5/10