Late Night (2019)

“Late Night” es una comedia negra que, lejos de seguir las convenciones del género, se adentra en territorios incómodos y sorprendentemente conmovedores. La película de la directora Sophia Levinson se presenta como un estudio de personajes, una disección sutil de la masculinidad tóxica, la ambición, la autenticidad y la búsqueda de significado en un mundo profesional implacable. No es una película fácil de ver, pero es, sin duda, una película que te obliga a pensar.

El núcleo de la película reside en la tensa y a menudo incómoda dinámica entre Katherine Newbury (Carey Mulligan), la presentadora veterana del 'talk-show' "Late Night with James Pond”, y la joven y progresista guionista, Gypsy (Emma Stone). La Mulligan ofrece una actuación magistral. Logra capturar la esencia de una mujer que ha construido su carrera sobre la defensa de una imagen de fortaleza y superioridad, a pesar de que debajo se esconde una profunda inseguridad y, quizás, un deseo desesperado de ser aceptada. La Mulligan no se limita a interpretar a una antagonista; nos presenta a una mujer compleja, vulnerable y, paradójicamente, profundamente humana. Emma Stone, por su parte, aporta un contrapunto perfecto, con su actitud desenfadada y su deseo genuino de romper con las tradiciones del programa. La química entre ambas actrices es palpable y fundamental para el éxito de la película.

La dirección de Levinson es precisa y cautelosa. La película sabe construir la tensión a través de diálogos mordaces y miradas significativas. Evita caer en la caricatura y se centra en los pequeños detalles, en las microexpresiones que revelan las verdaderas intenciones de los personajes. El ritmo es deliberadamente pausado, permitiendo que la historia se desarrolle con naturalidad y que el espectador se sumerja en el mundo de “Late Night”. La banda sonora, con piezas clásicas y pop de generaciones distintas, refuerza la idea de contraste y la búsqueda de un nuevo lenguaje.

El guion, coescrito por Levinson y Ed Keller, es inteligente y original. No se limita a ofrecer chistes fáciles, sino que explora temas relevantes como el género, la raza, la edad y la presión de las redes sociales. La película no ofrece soluciones simplistas, sino que plantea preguntas incómodas y obliga al espectador a reflexionar sobre sus propias creencias y prejuicios. El guion se sirve de situaciones cómicas para abordar temas serios, logrando un equilibrio perfecto entre humor y reflexión. El subtexto es abundante, y las interpretaciones de los personajes secundarios son sólidas, particularmente la de John Turturro como el director del programa, un personaje con una sensibilidad oculta.

“Late Night” es una película que subestima la inteligencia del espectador. No es una comedia para reír a carcajadas, sino una experiencia cinematográfica estimulante, provocadora e inesperadamente conmovedora. Una película que ha dejado una huella y que, sin duda, se discutirá mucho tiempo después de que terminen las luces.

Nota: 8.5/10