Leef! (2005)

“Leef!” no es una película que te llegue con la fuerza de un puñetazo, sino que se instala como un escalofrío húmedo y persistente. Dirigida con una precisión casi quirúrgica por José Luis Cuerda, la película explora las consecuencias de la vulnerabilidad y la falta de control en la vida de Anna, interpretada magistralmente por una Elena Anaya que se muestra desarmante en su intimidad. Anaya, en un papel que parece diseñado específicamente para ella, logra transmitir con una naturalidad que disipa cualquier artificio, mostrando la fragilidad y la atormentada búsqueda de identidad de una mujer atrapada en las expectativas familiares y sociales.

La premisa, sencilla en su base, es el detonante de un torbellino emocional. Anna, una mujer ya establecida en su matrimonio y en la maternidad, reencuentra su amor por la escritura, una pasión abandonada hacía tiempo. Las historias que comienza a tejer, inicialmente concebidas como un ejercicio personal, se filtran a través de las redes sociales y, de manera inesperada, llegan a los oídos de personas significativas en su vida. Cuerda, con su habitual maestría narrativa, no se dedica a construir un thriller con giros argumentales, sino que se centra en el lento desmoronamiento de la ilusión y el impacto devastador que la exposición de la intimidad puede tener en las relaciones. La película se beneficia de una dirección de fotografía sobria y evocadora, que utiliza la luz y la sombra para reflejar el estado anímico de Anna: un gris apagado que refleja la pérdida de control y la sensación de estar expuesta y analizada.

El guion, aunque no se apoya en un desarrollo de personajes particularmente profundo, es inteligente en su sutileza. No hay confrontaciones explícitas ni momentos de drama exagerado. La tensión reside en el silencio, en las miradas cargadas de significado, en los pequeños detalles que revelan la verdad oculta. La película se centra en la narrativa interna de Anna, en su proceso de autodescubrimiento, aunque sea un autodescubrimiento doloroso y autodestructivo. Las actuaciones secundarias son sólidas, especialmente la de Juan Manuel Cortada, quien interpreta al marido de Anna con una mezcla de ternura y aprensión. Sin embargo, a veces la lentitud del ritmo podría resultar un obstáculo para algunos espectadores, y la película no ofrece soluciones fáciles ni juicios morales claros.

Cuerda, a lo largo de su carrera, ha demostrado una habilidad para abordar temas delicados con sensibilidad y autenticidad. “Leef!” no es una excepción. Es una película que nos invita a reflexionar sobre la privacidad, la autenticidad y las consecuencias de compartir nuestra intimidad. No es un espectáculo, sino una experiencia íntima y perturbadora que permanecerá contigo mucho después de que terminen los créditos. Más que un thriller, es un estudio de personaje, un retrato de la fragilidad humana y de las sombras que acechan en los rincones más íntimos de nuestras vidas.

Nota: 7/10