“Legend”, la película de Ridley Scott, es una fantasía oscura, elegante y sorprendente que se instala bajo la piel con la misma maestría que su predecesor, “El Exorcista”. A pesar de ser un hito en el género de terror psicológico, a menudo se le subestima, relegándola a un mero espectador. Sin embargo, esta película, estrenada en 1985, es mucho más que un simple cuento de hadas distópico; es una reflexión sobre la fe, la duda y la fragilidad de la realidad, envuelta en una atmósfera de pesadilla palpable y una estética visual deslumbrante.
La dirección de Scott es impecable, creando un mundo que parece sacado de un sueño febril. La paleta de colores, dominada por la oscuridad profunda y los contrastes entre el verde y el rojo, está magistralmente ejecutada. La cinematografía de Alec Humphries es fundamental para la atmósfera opresiva de la película; las imágenes son inquietantes y sugerentes, dejando al espectador con una sensación constante de incomodidad y anticipación. Scott no se limita a contar la historia, sino que la sumerge en un mundo visual que refuerza la paranoia y el terror que se experimenta.
Las actuaciones son, sencillamente, excepcionales. Tom Cruise, en un papel relativamente modesto, ofrece una interpretación sutil pero poderosa como Jack, un niño solitario y marginal que, contra todo pronóstico, se convierte en la clave de la supervivencia del mundo. Su vulnerabilidad y determinación son contagiosas. David Trevor, como el Diablo, otorga una presencia aterradora y absolutamente convincente. Su actuación no se basa en el miedo físico, sino en una sensación de malestar insidioso que se instala en el alma del espectador. Las interpretaciones secundarias, especialmente la de Wilma Hardy como la Reina, son igualmente sólidas, contribuyendo a la complejidad del reparto.
El guion, adaptado de la novela homónima de Richard Matheson, es inteligente y ambicioso. Se aleja, en gran medida, de la interpretación literal del cuento, explorando temas más profundos. La película no se limita a presentar una lucha entre el bien y el mal; cuestiona la naturaleza de la fe, la capacidad de la gente para creer en lo que no puede ver, y la importancia de la inocencia en un mundo corrompido. La película subraya la idea de que la duda, la incredulidad y el aislamiento son tan peligrosos como la presencia del mal en sí mismo. La lentitud con la que se desarrolla la trama, aunque pueda parecer una debilidad para algunos, es precisamente lo que permite a la película profundizar en la psicología de sus personajes y en la complejidad de la trama. Se trata de un ritmo deliberado que contribuye a la atmósfera general de pesadilla.
En definitiva, “Legend” es una joya cinematográfica que merece ser redescubierta. Es una experiencia visual y emocionalmente inquietante que perdura mucho después de que los créditos finales hayan rodado. Una película que desafía las convenciones del género y que nos invita a cuestionar nuestra propia percepción de la realidad.
Nota: 8.5/10