Les Boys (1997)

“Les Boys” no es una película que redefine el género deportivo. No ofrece acrobacias espectaculares ni dramatizaciones excesivas sobre la vida de los atletas profesionales. En cambio, ofrece algo mucho más valioso: una mirada honesta y entrañable a la amistad, a la rutina y a la importancia de encontrar un espacio donde la pasión puede superar las frustraciones de la vida adulta. La película, dirigida por Claude Baillargeon y Denis Villeneuve (sí, el mismo Villeneuve que nos regaló "Prisoners"), es un estudio de personajes y, sobre todo, de cómo la competición, aunque sea amateur, puede ser una válvula de escape y un catalizador para construir lazos duraderos.

El núcleo de la película reside en el equipo de hockey de aficionados, "Los Boys", y en la dinámica entre sus miembros. Cada uno de ellos, interpretados con gran naturalidad por actores como Marc Messier, Rémy Girard y Serge Thériault, porta consigo un conjunto de preocupaciones y frustraciones cotidianas: problemas laborales, relaciones personales complicadas, crisis existenciales a mitad de camino. Sin embargo, al pisar el hielo y vestirse de "Boys", todos se olvidan de sus problemas y se sumergen por completo en el juego. La película no glorifica el deporte; más bien, lo presenta como una excusa para que estos hombres, que a menudo se sienten atrapados en la monotonía de la vida, se reconecten con su juventud, su espíritu competitivo y, fundamentalmente, con sus compañeros. La dirección de Villeneuve, en su primera incursión en el cine de ficción, es notable por su sutileza, optando por observar y registrar la interacción de los personajes sin imponer una narrativa demasiado cargada.

Las actuaciones son sobresalientes. Messier, Girard y Thériault, en particular, logran transmitir con convicción la personalidad y las motivaciones de sus personajes. No se trata de héroes deportivos, sino de hombres normales, imperfectos y, en última instancia, entrañables. La película no se queda en la superficialidad de la broma o la risa fácil; explora con sensibilidad la vulnerabilidad emocional que esconde cada uno de los miembros del equipo. La química entre los actores es palpable y contribuye enormemente a la credibilidad de las interacciones y las situaciones cómicas que se desarrollan en el locker room y en los partidos.

El guion, aunque sencillo en su planteamiento, evita los clichés del género deportivo. La película se enfoca en la camaradería, la lealtad y el valor de las relaciones humanas. La banda sonora, minimalista y evocadora, complementa a la perfección la atmósfera de la película, creando una sensación de nostalgia y de conexión con la infancia. "Les Boys" no busca ser un gran drama, sino una pequeña joya cinematográfica, una reflexión sobre la importancia de encontrar un propósito, un lugar al que pertenecer y, sobre todo, un buen equipo con el que compartir la alegría de vivir. Es una película que te deja con una sonrisa en la cara y un pensamiento agridulce sobre la fugacidad del tiempo.

Nota: 8/10