“Les SEGPA” es una película que, más que entretener, logra generar una profunda reflexión sobre la desigualdad social y las políticas de “emergencia” que a menudo ocultan la realidad. La historia, centrada en Issa Doumbia, Alban Ivanov y Ichem Bougheraba – tres jóvenes con discapacidad intelectual – que se ven arrastrados a la Escuela Franklin D. Roosevelt, no es un melodrama convencional. En lugar de buscar la simpatía fácil, el director, Arno del Cruy, opta por una crudeza innegable, mostrando la precaridad laboral y la deshumanización que sufren estos individuos.
El guion, escrito en gran parte por los propios protagonistas, es un elemento central de la película. Su voz narrativa es honesta, visceral y brutalmente sincera. No se trata de una representación idealizada de la vida en el trabajo, sino de una mirada descarada a la realidad. La película no se limita a mostrar el trabajo, sino que explora la atmósfera de la oficina, la soledad, la falta de oportunidades y la sensación constante de estar en una especie de limbo. La narrativa se construye sobre la base de la experiencia personal, lo que le otorga un peso emocional inusual. La película no ofrece soluciones, simplemente expone la situación, lo que, a menudo, es más impactante.
Las actuaciones son excepcionales. Issa Doumbia, Alban Ivanov e Ichem Bougheraba no solo interpretan roles, sino que transmiten una autenticidad que es palpable. Su presencia en pantalla es transformadora; su vulnerabilidad y su honestidad son contagiosas. Su mirada, a veces inquisitiva, otras veces perdida, revela una inteligencia que la sociedad a menudo ignora. Emma Smet, como la empleadora encargada de implementar el plan, ofrece una actuación sutil pero poderosa, mostrando una ambición y una desconexión con las consecuencias de sus acciones. No es una villana caricaturesca, sino una persona que, sin saberlo, contribuye a perpetuar un sistema injusto.
El director, Arno del Cruy, demuestra un control narrativo impecable. La fotografía, austera pero efectiva, enfatiza la atmósfera de desolación y la falta de recursos. La película no rehuye la realidad, mostrando los espacios desordenados, las oficinas sombrías y los rostros cansados de los protagonistas. Sin embargo, la película no se entrega a la desesperación; la esperanza, aunque tenue, se encuentra en la conexión humana y en la búsqueda de una vida digna. La película utiliza el recurso de la simulación del despido no como un artificio argumental, sino como un vehículo para exponer el sistema y resaltar la situación precaria de estos individuos.
“Les SEGPA” es una película incómoda pero necesaria. No ofrece respuestas fáciles, pero sí pone de manifiesto un problema social grave y nos invita a la reflexión. Es un trabajo honesto, valiente y, sobre todo, profundamente humano.
Nota: 8/10