Life (2015)

“Life” no es, precisamente, un drama trascendental ni una reválida de los clásicos del cine noir. Andrew Niccol se atreve a recrear la fragancia nostálgica de los años 50, pero no logra convertirla en un territorio realmente fértil. La película, con Christian Bale interpretando a James Dean y Robert Pattinson a Dennis Stock, se centra en una serie de encuentros que se suceden a lo largo de una década, desde el icónico shoot de 1955 para la revista Life hasta el último encuentro, cargado de fatalidad, en 1965. Niccol busca explorar la naturaleza del arte, la fama y la persistente obsesión, pero, en última instancia, la película se queda en una atmósfera melancólica y, a veces, un poco pretenciosa.

La dirección de Niccol es elegante, sin duda, y evoca con maestría el estilo visual de la época. Se nota un cuidado excesivo en la fotografía, con una paleta cromática sobria y atenta al detalle que transporta al espectador a la atmósfera de Hollywood en pleno declive. Los planos, a menudo dilatados y contemplativos, sugieren una reflexión sobre el tiempo, la pérdida y la memoria. Sin embargo, este énfasis en la estética, a pesar de ser impecable, a veces resta dinamismo a la narración. La película se permite un ritmo pausado, casi hipnótico, que podría resultar tedioso para algunos espectadores. La dirección de Niccol no impulsa la historia hacia adelante, sino que la invita a un estado de suspensión, lo que a veces le resta importancia a las relaciones entre los personajes.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Robert Pattinson, lejos de la imagen de estrella pop que a menudo le ha otorgado la fama, ofrece una interpretación sorprendentemente sutil y compleja de James Dean. Captura la esencia del actor rebelde y atormentado, su vulnerabilidad y su necesidad de ser visto. Pattinson, además, se sumerge en el personaje con una convicción que le da profundidad al drama. Christian Bale, por su parte, interpreta a Dennis Stock con una seriedad admirable. Su personaje, el fotógrafo en busca de una trascendencia, se presenta como el observador silencioso del drama que se desarrolla a su alrededor. Sin embargo, la profundidad psicológica del personaje, a pesar del buen trabajo de Bale, no alcanza siempre el nivel que podría haberle requerido.

El guion, en general, es sólido pero carece de la chispa necesaria para elevar la película a un nivel superior. Las conversaciones entre los personajes a menudo se sienten forzadas y artificiales, como si se hubieran creado para servir como pretexto para la reflexión filosófica. La trama se arrastra sin grandes giros, y el clímax, aunque emocionalmente impactante, se siente predecible. La película no se atreve a cuestionar las convenciones del cine noir ni a ofrecer una visión original de la relación entre el artista y su objeto de inspiración. En definitiva, “Life” es una producción visualmente atractiva, con dos interpretaciones destacadas, pero que no logra explotar todo su potencial narrativo.

Nota: 6/10