“Ligera de equipaje” (Light Duty) es una película que, en un principio, parece una fábula ligera y reconfortante sobre el deseo de encontrar el amor. Sin embargo, tras una primera hora de ritmo pausado y un trasfondo melancólico, se revela un retrato sorprendentemente profundo de la soledad existencial y la presión social que, de manera sutil pero efectiva, acompaña a las mujeres que no encajan en los patrones predefinidos de la vida. La historia se centra en Hannah, interpretada magistralmente por Kate Winslet, una auxiliar de vuelo que, consciente de que es la única de su familia sin marido ni hijos, decide emprender un viaje de un mes, recorriendo 30.000 millas, con el objetivo de encontrar un compañero.
Winslet ofrece una actuación impecable, transmitiendo la vulnerabilidad y el anhelo de Hannah con una naturalidad que roba la escena. No se trata de una actuación grandilocuente, sino de una construcción gradual de personaje, mostrando las capas de frustración, el hastío y la búsqueda desesperada de conexión. La directora, Reed Hastings, consigue capturar la esencia de Hannah no a través de gestos exagerados, sino a través de miradas, silencios y pequeñas interacciones que comunican mucho más de lo que se dice. La película explora la idea de la “ligereza” no como un atributo positivo, sino como la dificultad de ser independiente y de no sentirse obligada a cumplir con las expectativas ajenas.
El guion, aunque a veces se arrastra, es el punto fuerte de la película. La dirección artística, cuidada en cada detalle, contribuye a crear una atmósfera de viaje y de introspección. Los escenarios, desde las ciudades vibrantes hasta los paisajes desolados, sirven para reflejar el estado emocional de la protagonista. Sin embargo, la película se detiene demasiado en las reflexiones internas de Hannah, a veces sacrificando el desarrollo de las tramas secundarias y los personajes que conoce en su viaje. La película se beneficia de una banda sonora sutil pero evocadora, que acentúa la soledad y el anhelo de Hannah. No obstante, la película no ofrece soluciones fáciles ni finales felices; la búsqueda del amor se presenta como un proceso complejo y a menudo doloroso.
El guion también explora, de forma discreta, la presión social que enfrentan las mujeres para casarse y formar una familia, un tema que, aunque no es el foco central de la película, está intrínsecamente ligado a la búsqueda de Hannah. La película se aleja de las fórmulas románticas convencionales, ofreciendo una visión realista y a veces agridulce de la vida adulta y las dificultades para encontrar la felicidad en nuestros propios términos. La película no pretende ser un romance, sino una meditación sobre la soledad, la identidad y la libertad personal. Es una obra que invita a la reflexión sobre nuestras propias expectativas y el camino que escogemos recorrer, independientemente de las presiones externas.
Nota: 7/10