Listen (2020)

“Listen” es una película que, a primera vista, podría parecer otro drama familiar centrado en la lucha de inmigrantes contra la burocracia. Sin embargo, tras un primer momento de cautela, se revela como una historia conmovedora y visceral sobre la fuerza del amor parental y la búsqueda desesperada de una familia portuguesa para defender su forma de vida en el corazón de Londres. La película no busca la grandilocuencia, sino que se aferra a los detalles íntimos de la vida de Bela y Jota, ofreciendo una mirada cruda y sin adornos a las dificultades que enfrentan como padres inmigrantes que intentan construir una vida digna para sus tres hijos.

La dirección de Claire Hope Daniels es notablemente sutil, permitiendo que la historia se desarrolle de forma orgánica. Evita el sentimentalismo fácil y se concentra en la construcción de personajes complejos y realistas. La película no se ofrece como una crítica a la política social británica, aunque sí explora las tensiones existentes entre la comunidad inmigrante y el sistema. Daniels logra crear una atmósfera densa y claustrofóbica, reflejando la constante presión a la que se enfrentan los padres. El uso de planos cerrados y la iluminación natural contribuyen a este efecto, transmitiendo la sensación de estar inmerso en la vida cotidiana de la familia.

Las actuaciones son el corazón de la película. Matilda Roux, como Bela, entrega una interpretación excepcionalmente convincente. Su personaje, una mujer exhausta y vulnerable, transmite la desesperación y el miedo al perder a sus hijos. Pero también revela una fuerza interior y una determinación feroz. João Pedro Andrade, en el papel de Jota, ofrece una actuación igualmente potente, mostrando la frustración y la impotencia de un padre que se siente impotente ante las circunstancias. La dinámica entre ambos, la lucha por comprenderse y apoyarse mutuamente, es palpable y conmovedora. Sin embargo, es la actuación de la pequeña Valentina Pallares, interpretando a la hija sorda, la que roba la escena. Su presencia es silenciosa pero poderosa, y su interpretación comunica un mundo entero de emociones sin necesidad de palabras. Es un testimonio de la habilidad y la profundidad del talento infantil.

El guion, escrito por Daniels y Catherine Stebbings, es inteligente y resonante. La trama, inicialmente sencilla, se complica gradualmente, revelando las motivaciones y las decisiones de cada personaje. Se evita caer en clichés y se presenta una reflexión sobre la importancia de la comunicación, la empatía y la aceptación. El tema de la sordera no se convierte en un mero accesorio, sino que se integra de forma natural en la narrativa, destacando la necesidad de una escucha activa y verdaderamente inclusiva. El ritmo es pausado, permitiendo que los personajes se desarrollen y que el espectador se conecte emocionalmente con ellos. No obstante, hay algunos momentos que se sienten algo alargados, y el clímax, aunque impactante, podría haber sido más vertiginoso.

Nota: 7.5/10