Llamada perdida (2008)

“Llamada Perdida” (Lost Signal, en su título original) se presenta como una intrigante premisa en un género que siempre busca apelar al miedo visceral y al suspense psicológico: la premonición. La película, aunque no siempre lograra la tensión punzante que promete, ofrece un ejercicio interesante sobre la fragilidad de la realidad y el peso del destino. La historia de Sarah, una joven estudiante que recibe mensajes ominosos que predicen su muerte, es lo suficientemente sólida como para enganchar al espectador desde el principio, pero la ejecución, en ocasiones, carece de la pulcritud necesaria para convertirla en un clásico del terror moderno.

La dirección de Michael Tung es competente, logrando crear atmósferas inquietantes, sobre todo en las escenas que se desarrollan en los espacios cerrados de la casa de Sarah. El uso de la luz y la sombra, junto con una banda sonora sutil pero efectiva, contribuye a generar una sensación constante de incomodidad y presagio. Sin embargo, la dirección a veces se vuelve un poco recelosa, evitando dar rienda suelta a la violencia o al horror más explícito, lo que puede resultar en escenas que se sienten un poco planas y menos impactantes de lo que podrían ser. En momentos, la película se acerca demasiado a un thriller investigativo, diluyendo el elemento supernatural que es su principal atractivo.

Las actuaciones son, en general, sólidas. La actriz principal, Olivia Cooke, logra transmitir la vulnerabilidad y el creciente pánico de Sarah con una naturalidad que invita a la empatía. Su interpretación es el motor principal de la película, dando vida a una joven atrapada en una situación desesperada. La química entre Cooke y el detective, interpretado por Stephen Graham, es uno de los puntos fuertes de la película. Graham, como es habitual en sus roles, aporta una profundidad y un cinismo que equilibran la desesperación de la protagonista. Su personaje, un detective cínico y con un pasado turbulento, es un alivio y un contraste importante, aunque su propia historia de fondo no se explora en profundidad.

El guion, sin embargo, es donde la película más notablemente resiente su peso. Aunque la premisa es original, el desarrollo de la trama se siente, en algunos momentos, apresurado y con algunos giros argumentales que, aunque intentan sorprender, no están del todo justificados o bien elaborados. La lógica interna de la premonición y el mecanismo por el que se transmite el mensaje son algo confusos y, en ciertos puntos, se diluyen en explicaciones rebuscadas. La película se adentra en la construcción de un misterio que, a pesar de los intentos, no logra mantener una tensión sostenida durante todo el metraje. La resolución final, aunque satisfactoria en su sentido, no llega a ser particularmente brillante y puede resultar un poco predecible.

En definitiva, "Llamada Perdida" es una película decente que ofrece un punto de partida interesante y una atmósfera inquietante. No es una obra maestra del terror, pero sí un entretenimiento válido para aquellos que buscan una historia con suspense y una protagonista que merezca su simpatía. El problema reside en que la película no logra aprovechar al máximo su potencial, dejando entrever una narrativa más ambiciosa que no llega a concretarse plenamente.

Nota: 6.5/10