Llamada salvaje (2009)

“Llamada salvaje” (Wilderness, en su título original) no es una simple reimaginación de la historia de “El llamado de la jungla” de Jack London. Es una película que se atreve a explorar la complejidad del personaje de Buck y, a su vez, a ofrecer una experiencia cinematográfica moderna, aunque con ciertas limitaciones. La película de Ariel Nour-Haber, directora y guionista, se esfuerza por modernizar la narrativa clásica, trasladándola al actual Alaska y aportando un enfoque más centrado en la relación entre Ryan Hale y el perro lobo husky, Buck (interpretado brillantemente por el joven Buster Milligan).

La dirección de Nour-Haber consigue evocar con éxito la belleza agreste y casi inhóspita del paisaje alaskan, utilizando la fotografía de Paul Taylor para crear imágenes de una impresionante fuerza visual. Sin embargo, la película a veces cae en la exageración, en la voluntad de mostrar una naturaleza implacable que, en lugar de inspirar admiración, puede resultar algo artificiosa. El 3D, si bien se utiliza con relativa moderación, aporta cierta profundidad y dinamismo a las escenas de trineo, complementando la inmersión en el entorno. No obstante, la tecnología no es el foco principal; la verdadera magia reside en la conexión emocional que se establece entre Ryan y Buck.

La actuación de Ariel Gade es, sin duda, el corazón de la película. Gade transmite una vulnerabilidad y una determinación convincentes en el papel de Ryan, la joven que, tras la pérdida de sus padres, encuentra en la promesa de la travesía y en la compañía de Buck una oportunidad de reconstruir su vida. Christopher Lloyd ofrece una presencia sabia y cálida como el abuelo de Ryan, un viejo trapecista que aporta experiencia y una pizca de humor a la dinámica familiar. La química entre Gade y Milligan es el pilar fundamental del relato, generando momentos de ternura, tensión y hasta comedia.

El guion, adaptado de la novela, se mantiene fiel a la esencia de la historia original, pero también incorpora elementos modernos que, a veces, se sienten un poco forzados. La trama secundaria que involucra una empresa petrolera y una lucha por la conservación del territorio, aunque relevante, se siente un tanto expositiva y, en algunos momentos, diluye el impacto emocional de la historia central. No obstante, la película consigue transmitir un mensaje poderoso sobre la conexión con la naturaleza, la resiliencia y la importancia de encontrar uno mismo a través de la superación de obstáculos. La trama se centra en el viaje como una metáfora del crecimiento personal, y en cómo el lazo con un animal salvaje puede redefinir nuestra percepción del mundo.

A pesar de algunas convencciones narrativas que podrían haberse evitado, "Llamada salvaje" es una película visualmente impactante y emotiva que, en última instancia, celebra la fuerza del espíritu humano y la belleza salvaje de la naturaleza. No es una obra maestra, pero ofrece un entretenimiento digno y una reflexión sobre la importancia de la conexión.

Nota: 7/10