Lluvia de albóndigas 2 (2013)

“Lluvia de Albóndigas 2” no es una película que redefine el género de la comedia de acción, pero sí logra ser una secuela que, curiosamente, funciona mejor que su predecesora. El director David Sandberg, conocido por su habilidad para el terror con ‘Un crío de la noche’, demuestra una notable evolución al abrazar un humor más absurdo y una narrativa que, si bien tiene sus fallos, ofrece momentos genuinamente divertidos.

La película se centra en Flint, interpretado con una encarnación más madura y menos exuberante por parte de Sam Richardson, quien aporta una química natural con su grupo de amigos. Richardson consigue transmitir la frustración y el creciente pánico del personaje a medida que se da cuenta de las devastadoras consecuencias de su propia invención. El arco del personaje es bastante sólido, mostrando un descenso gradual a la desesperación y, finalmente, al heroísmo. El resto del reparto, incluyendo a Jack Harlow como el excéntrico y efusivo Chester V, aporta alivio cómico y un toque de locura que complementa muy bien al personaje principal.

La dirección de Sandberg es, sin duda, el punto fuerte de la película. No se limita a la acción y los efectos especiales, aunque estos últimos son bastante impresionantes, especialmente la creación de las criaturas mutantes, que son una verdadera locura visual. El ritmo de la película es dinámico, manteniendo al espectador enganchado gracias a las constantes amenazas y las situaciones inesperadas. Sin embargo, el guion, aunque entretenido, carece de la profundidad y el ingenio que podrían haber elevado la película a un nivel superior. Hay diálogos que funcionan sorprendentemente bien y otros que se sienten un poco forzados, y algunos gags que, aunque divertidos, no tienen el impacto esperado. La historia, en esencia, es predecible, pero Sandberg logra sostener el interés a través de su estilo visual y el humor absurdo.

La película se beneficia enormemente de la estética visual, que recuerda al estilo de caricaturas de Terry Gilliam, con una paleta de colores vibrantes y escenarios sobrecargados de detalles. La banda sonora, con melodías pegadizas y elementos electrónicos, contribuye a la atmósfera general de locura y caos. No obstante, la película no se asume la ambición de explorar las implicaciones éticas o sociales de la creación de monstruos a partir de la comida, lo que resulta en una trama algo superficial. A pesar de estas debilidades, “Lluvia de Albóndigas 2” es un entretenimiento ligero y divertido, que recompensa al espectador con momentos de genuina comedia y efectos especiales espectaculares. Es una secuela que, aunque no alcanza la perfección, logra captar la esencia del original y ofrece una experiencia cinematográfica memorable.

Nota: 7/10