Lo imposible (2012)

“Lo imposible” (Intouchables en su título original francés) no es solo un relato sobre el devastador tsunami de 2004 en el sudeste asiático; es un ejercicio de empatía visceral y una prueba del poder de la conexión humana ante la adversidad. Alejandro Amenábar, a través de una dirección magistral, logra trascender el mero reportaje informativo para sumergir al espectador en las experiencias y los miedos de la familia Madrid, convirtiendo su tragedia en una experiencia compartida y conmovedora.

La película se centra en la familia Madrid – María, Henry y sus hijos Lucas, Sofía y Thomas – y sus vacaciones que se convierten en una pesadilla. La dirección de Amenábar evoca la atmósfera idílica de las vacaciones familiares con una sutileza que contrasta brutalmente con la inminente catástrofe. La fotografía, en gran parte, es sutilmente brillante, capturando la belleza del entorno tailandés antes del desastre, y a medida que la amenaza se cierne, se enriquece con tonos más oscuros y saturaciones que reflejan el creciente pánico. El uso de la cámara a menudo se adhiere a los personajes, permitiendo al espectador sentir su confusión, su miedo y su desesperación.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los pilares fundamentales de la película. Emma Suárez, como María, ofrece una interpretación extraordinariamente emotiva y realista. Su evolución, desde la inocente alegría de las vacaciones hasta la aterradora lucha por la supervivencia, es profundamente convincente. José Luis García Esteban, en el papel de Henry, transmite una mezcla de fragilidad, determinación y una profunda preocupación por su familia. Los niños, Thomas, Sofía y Lucas, interpretados por tres jóvenes actores prometedores, ofrecen actuaciones naturales y honestas, capturando con maestría la inocencia perdida y el miedo palpable. Especialmente notoria es la actuación de Samuel Heredia como Lucas, cuyo terror y confusión son desgarradores.

El guion, adaptado de la obra de teatro homónima de Pierre Boulle, está meticulosamente construido. Amenábar evita caer en la melodramatización excesiva, presentando la tragedia con una honestidad que no resulta fácil de digerir. La película se centra en los detalles cotidianos de la familia, en sus pequeñas conversaciones, en sus rutinas, lo que hace que su pérdida sea aún más dolorosa. La trama no se basa en efectos especiales grandilocuentes, sino en la representación realista del caos y la confusión que reinaban durante el tsunami. El guion no busca dar respuestas fáciles o conclusiones definitivas; simplemente documenta el proceso de supervivencia y las consecuencias devastadoras del desastre.

“Lo imposible” es una película que te marca, que te obliga a confrontar la fragilidad de la vida y la importancia de la conexión humana. Es un recordatorio poderoso de que, incluso en los momentos más oscuros, la esperanza y el amor pueden prevalecer. No es un espectáculo fácil de ver, pero es una experiencia cinematográfica esencial que merece ser vista y recordada.

Nota: 8.5/10