Lo mejor de mí (2014)

“Lo mejor de mí” (The Best of Me) es una película que, en su esencia, intenta recuperar la magia de un clásico del cine adolescente: “El chico de la banda” (Dirty Dancing). Sin embargo, la ejecución, aunque con momentos genuinos, no logra alcanzar la misma resonancia emocional. La historia de Dawson y Amanda, dos jóvenes enamorados separados por las circunstancias, que se reencuentran veinte años después, se presenta como un reencuentro nostálgico y, en última instancia, ligeramente repetitivo. La película no ofrece una revolución narrativa; más bien, se apega a un patrón ya conocido, aunque con algunas mejoras en la construcción de personajes y en la dirección.

El director Mark Waters logra, en gran medida, recrear la atmósfera de un pequeño pueblo americano, con sus encantos y prejuicios. Los paisajes, la arquitectura y la vida cotidiana se presentan con una naturalidad que aporta credibilidad a la trama. La banda sonora, seleccionada con cuidado, complementa las escenas y contribuye al tono melancólico y romántico de la película. Sin embargo, a pesar de la cuidadosa puesta en escena, la dirección se centra mayoritariamente en la reconstrucción de los momentos clave, evitando un desarrollo estilístico particularmente innovador. Se permite ver cierta influencia del cine clásico, especialmente en la forma en que se manejan las escenas románticas.

Las actuaciones son, en su mayoría, sólidas. Patrick Schwarzenegger, quien interpreta a Dawson, logra transmitir la evolución de un joven inseguro y vulnerable que, a lo largo de los años, supera sus miedos y se convierte en un hombre capaz de amar profundamente. Michelle Monaghan, como Amanda, ofrece una interpretación convincente, mostrando la complejidad de una mujer que ha sufrido decepciones amorosas y que, al encontrarse de nuevo con su primer amor, se enfrenta a sus propios demonios. No obstante, la química entre los protagonistas, aunque presente, no alcanza el nivel de intensidad que se podría haber esperado, restando algo de fuerza a la relación central.

El guion, escrito por Richard LaGravenese, se basa en la novela homónima de Laura Joplin, y si bien la historia es conmovedora, a veces se siente algo superficial y predecible. El conflicto principal, la lucha de Amanda por superar su pasado y redefinir su identidad, se aborda de manera directa, pero sin profundizar demasiado en las motivaciones internas de los personajes. Se recurre a algunos clichés del género romántico, como el encuentro fortuito, las confesiones apasionadas y el enfrentamiento con el padre de Amanda, que, aunque cumplen su función narrativa, no sorprenden. El guion, en general, carece de un subtexto más profundo y de una exploración más ambiciosa de las complejidades de las relaciones humanas.

A pesar de sus fallas, “Lo mejor de mí” ofrece momentos de ternura y reflexión. Es una película que, sin duda, puede conectar con el público que aprecia las historias de amor verdadero, redención y superación personal. No obstante, no es una obra maestra, y su impacto emocional es, en última instancia, limitado. Podría haber sido mucho más que una simple recreación de un clásico, pero finalmente se conforma con ser un agradable entretenimiento romántico.

Nota: 6/10