Lobos humanos (1981)

“Lobos Humanos” (Annihilation) no es la típica película de hombre lobo. De hecho, si buscas una historia pulp con transformaciones exageradas y persecuciones frenéticas, esta película te dejará decepcionado. En cambio, la película de Nimród Antipolo ofrece una atmósfera inquietante y contemplativa, más centrada en la psicología de sus personajes y en la desintegración moral que se avecina que en el terror visceral. El filme, originalmente concebido como una secuela de "El Proyecto de Nazca", se siente a veces como una experiencia cinematográfica incompleta, una pieza de arte imperfecta que, sin embargo, posee un poder evocador innegable.

La historia, tras el desastre de la desestabilización del proyecto científico, se centra en la agente del FBI, Justine Garland (Jessica Biel), quien, tras el trágico asesinato de su marido, se enfrenta a un misterioso incidente: una familia entera asesinada en circunstancias grotescas, con heridas que desafían la lógica. La investigación la lleva a la zona del proyecto original, un lugar abandonado y rodeado de un fenómeno inusual conocido como "El Círculo", una zona de alteración climática que ha creado un paisaje surrealista y hostil. La película evita los clichés del género, centrándose en la sensación de aislamiento, la paranoia y la pérdida de la cordura. La ambientación visual, con un uso magistral de la fotografía y la iluminación, crea una atmósfera opresiva y onírica, casi claustrofóbica, que se impregna en cada escena.

Jessica Biel ofrece una actuación sólida, transmitiendo el deterioro mental de Justine de forma convincente. Su interpretación, aunque no siempre sobresaliente, captura la vulnerabilidad y la desesperación de una mujer al borde de la locura. El resto del elenco, con Tom Hancock como el médico forense Mark Loring, se mantiene en un nivel aceptable, aunque sus personajes carecen de la profundidad que se merecerían. La dirección de Nimród Antipolo es deliberadamente lenta y meticulosa, priorizando la tensión psicológica sobre la acción directa. Esto puede resultar frustrante para algunos espectadores, pero la paciencia recompensada con momentos de genuina inquietud y suspense.

El guion es donde la película falla más. La trama se vuelve confusa y a veces incoherente, especialmente en la segunda mitad. Las explicaciones sobre la naturaleza del Círculo son vagas y poco convincentes, y el clímax resulta anticlímax. La película se basa en la sugestión y la atmósfera, pero carece de una resolución satisfactoria. La idea de la desintegración de la realidad y la pérdida de la identidad es interesante, pero no se explora con la profundidad que se esperaría. A pesar de todo, la película logra generar un impacto emocional y visual considerable, gracias en gran medida a su estética única y su capacidad para evocar sensaciones de inquietud y desesperación.

En definitiva, “Lobos Humanos” es una experiencia cinematográfica peculiar y perturbadora, más orientada al horror psicológico que al terror tradicional. Aunque su guion es deficiente y su trama confusa, la película destaca por su atmósfera inquietante, su estética visual impactante y su capacidad para generar sensaciones de incomodidad y desesperación. Es una película que, sin duda, permanecerá en la memoria del espectador, no por su calidad narrativa, sino por su impacto emocional y visual.

Nota: 6/10